La calidad de los productos alimentarios, transformados por una industria innovadora y en los fogones de las cocinas tradicionales y vanguardistas hacen Marca España y convierten la mesa en uno de los principales atractivos del país.
De todo este se habló ayer en la “Jornada sobre la contribución de la agricultura y la industria agroalimentaria a la gastronomía española”, celebrada en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y que ha clausurado el titular del Departamento, Luis Planas.

“Gastronomía y alimentación son dos sectores muy fuertes y con una estrecha relación”, afirmó el ministro, quien remarcó que son los elementos “básicos” para crear la “imagen positiva” que tiene España. Se refirió, además, al papel de la gastronomía -tanto de la tradicional como de la innovadora- para exhibir la riqueza y diversidad de las producciones agroalimentarias nacionales, así como el modelo de la Dieta Mediterránea, que “se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos para el país”.
Respecto a la industria alimentaria, resaltó el esfuerzo y papel en la pujanza de la gastronomía, pues garantiza el acceso a alimentos de calidad a precios razonables con un sector caracterizado por “estándares de calidad reconocidos, seguridad y variedad”.
Alimentos y gastronomía para salvar los pueblos
En el inicio de la jornada, el catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y ex ministro Jaime Lamo de Espinosa subrayó el papel de este sector y lo ha relacionado con otro de los retos a los que se enfrenta España: la despoblación rural. En este sentido, ha destacado la importancia de la gastronomía y de las rutas gastronómicas para llevar población al territorio y generar riqueza.
Por su parte, el presidente de la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Tomás Pascual, hizo hincapié en el papel de este sector, “el primero del país”, que genera riqueza y empleo, también en el entorno rural.
Es una industria que “dimensiona y estructura el país”, según Pascual, quien ha detallado que casi 30.000 pequeñas, medianas y microemrpresas “transforman el 70 % de la producción agraria”.
“La industria agroalimentaria ayuda a fijar población”, aseguró, pues son empresas pequeñas que están muy cercanas a la “tierra y a lo local” y están ayudando a que se desarrollen compañías “cerca de donde se producen” los alimentos y en torno a ellos.
El presidente de la Real Federación de Gastronomía, Rafael Ansón, abogó por potenciar el turismo vinculado a la fabricación de alimentos, como el enoturismo o el oleoturismo, que pretende potenciar a través de su trabajo con la Organización Mundial de Turismo (OMT).