La partida en el tablero comercial internacional afronta un escenario de tormenta perfecta para la economía española -y el sector de los alimentos y bebidas en particular-, en el que la apuesta es negociar desde la firmeza ante los aranceles de EE.UU. y la cercanía del brexit.
Ambos términos los utilizaba este viernes el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, cuando en su intervención tras el consejo de ministros analizaba la situación desde la negociación y la firmeza, tanto para reaccionar ante la guerra comercial como para apoyar a los sectores afectados. Según Planas, hay unos 1.000 millones de euros del negocio alimentario en juego por los aranceles de Estados Unidos y más de mil camiones españoles que cruzan a diario el eje Calais-Dover y que son una de sus mayores preocupaciones como ministro ante el Brexit.
La “retorsión”
Es el asunto de la retorsión (es decir, que Bruselas respondiera con la misma estrategia que EE.UU., con aranceles) una de las posibilidades de reacción que por el momento se mantiene en segundo plano, conscientes de que tras conocerse la sentencia de la OMC aún queda pendiente por salir una resolución sobre Boeing y de que las consecuencias económicas de la guerra comercial serían perjudiciales por todos.
El sector agroalimentario, por su parte, se reiteraba en la indignación por su “utilización” en una guerra de la que “no tienen la culpa”, pero en la que se les utiliza como “moneda de cambio”.

Desde la industria, el director general de la FIAB, Mauricio García de Quevedo, aseguraba a Efeagro que si bien “el escenario es muy exigente para la economía nacional” el sector ha demostrado “una gran capacidad de adaptación” y ha buscado “alternativas” y “diversificación” para incrementar su proyección internacional.García de Quevedo, que aún consideraba prematuro saber cómo se desarrollará esta situación, apostaba por reclamar colaboración al Gobierno y la UE, y por “redoblar” los esfuerzos para mantener la competitividad.
Reuniones en búsqueda de unidad
En este sentido, Planas anunciaba para la semana que viene reuniones con los consejeros del ramo sobre el brexit y los aranceles; y con representantes de los agricultores, las cooperativas y la industria, para analizar la situación, con la posibilidad de plantear ayudas a los sectores afectados si la Administración Trump cumple con sus propuestas arancelarias.
En el terreno político y autonómico, distintas voces pedían encuentros con el Gobierno para preparar planes de contingencia e incluso el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, anunciaba que tratará este asunto con el futuro comisario de Comercio Internacional, Phil Hogan, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su visita a Bruselas en los próximos días.
Dicen que el optimismo genera riqueza, y a esa idea alude el profesor del Instituto Internacional San Telmo Horacio González Alemán cuando califica la situación de “delicada, pero no extrema”.
La potencia exportadora de España no está en riesgo
Un escenario “difícil”, explicaba a Efeagro, en el que los aranceles afectan a sectores particulares, pero no a la potencia exportadora española; las incertidumbres económicas y políticas nacionales no ayudan, y se espera que la actuación de la Comisión Europea se desarrolle con “cordura”.
Las últimas dos semanas de octubre se vislumbran complejas y definitorias, a la espera de si el 14 de octubre en Ginebra el organismo de regulación modifica la lista arancelaria propuesta por la Administración Trump, y del resultado del Consejo Europeo los días 17 y 18, que abordará la salida del Reino Unido de la UE, prevista para el 31 de octubre.
Mientras, los productores de aceite, aceituna, vino, cítricos, porcino y quesos añadían una nueva preocupación a la báscula, las industrias españolas con sedes en Estados Unidos y Gran Bretaña recalibraban la ecuación del negocio, y el campo, de nuevo, se sentía el castigado sin culpa.
El aceite, el vino y la queso, en el punto de mira
El anuncio de la imposición de aranceles del 25 % para los productos alimentarios comunitarios por la Administración norteamericana para el 18 de octubre inflige un castigo directo a sectores fundamentales para la economía española como el aceite, el vino y la industria alimentaria.
España exporta más de 1.728 millones de euros en alimentos y bebidas, según la patronal de la industria, que recuerda lo estratégico del que es el primer mercado fuera de la Unión Europea: 120.000 toneladas de aceite de oliva (unos 400 millones de euros, según fuentes agrarias), 325 millones de euros en ventas de vino o 88 millones en queso son sólo un atisbo del impacto.
Cómo evolucionan las ventas a Estados Unidos
El valor de las exportaciones de vino y aceite a Estados Unidos cayeron un 6,7 % en 2018, cuando sumaron 738,86 millones de euros, según los datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX); son dos de los alimentos a los que afectarán las tasas del 25 % anunciadas por la administración estadounidense. Estados Unidos anunció este miércoles que el 18 de octubre empezará a imponer aranceles a la UE, con mayor peso a cuatro países entre ellos España, tras el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) a favor de Washington en una prolongada disputa comercial.
Entre los productos que se verán afectados por los gravámenes figura el queso fresco, las aceitunas, el aceite de oliva y productos porcinos de origen español, alemán y británico; así como el vino, de acuerdo con una lista distribuida por la Oficina de Comercio Exterior.
El aceite
En el caso del aceite, el ICEX cifra en 423,87 millones de euros el valor de las exportaciones de España a Estados Unidos en 2018, que compró 109.247 toneladas de este producto en ese año; es un descenso del 10,3 % que el año anterior. Sin embargo, al analizar la serie histórica, esta cifra es un 42,9 % más alta en valor que hace cinco años.
El vino
Los datos del ICEX sitúan en 314,99 millones de euros las exportaciones de vino español a Estados Unidos durante 2018; supone una ligera caída del 1,5 % con respecto al año anterior, 2017, cuando se apuntó 319,19 millones, la cifra más alta del último lustro. Según ha aclarado la Federación Española del Vino (FEV) se verán afectadas exportaciones por valor de 240 millones, pues el Gobierno americano tiene previsto imponer el arancel del 25 % a los vinos tranquilos de menos de 14 grados y envasados; quedan excluidas categorías, por tanto, como los espumosos y los vinos generosos.
Los datos de 2019
Las empresas españolas exportaron productos agroalimentarios a Estados Unidos por valor de 933 millones de euros en los primeros siete primeros meses de 2019 -último periodo analizado-, lo que supone un incremento del 11,6 % respecto al mismo periodo del año anterior; en el caso de las bebidas, la cifra asciende a 217,2 millones de euros, un 2,7 %. Las exportaciones de aceite de oliva en este periodo han sumado ya 257 millones de euros, con un incremento del 3,7 % con respecto al periodo enero-julio de 2018. De esta manera, el aceite de oliva se coloca como el sexto sector en importancia, pues supone el 3,2 % del total de las exportaciones de España a Estados Unidos.
Prudencia y una reacción común
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha apelado a actuar con “prudencia, eficacia y previsión” ante la incertidumbre que puede producir el brexit, el enfriamiento de la economía y “el renovado afán proteccionista de algunos dirigentes que tuitean por la noche”.
Durante su visita a la feria de Zafra, Sánchez ha apuntado que a las administraciones les corresponde también ayudar a que los productos españoles, de calidad diferenciada e “únicos en el mundo”, sigan abriendo mercados.
Frente a la incertidumbre y la preocupación expresadas a Efe por los productores, transformadores y comercializadores, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, ha anunciado en Zafra (Badajoz) que el Gobierno se reunirá con los afectados para “establecer una reacción común”.
“No es una buena noticia -en referencia al anuncio del Gobierno de EE.UU- pero es evidentemente el reflejo de una actitud de falta de seguimiento y de respeto al comercio multilateral basado en reglas”, ha afirmado Planas, tras avanzar que el Ejecutivo ya ha contactado con la Comisión Europea.
Aunque todos reclamen la ayuda europea y gubernamental, y manifiesten su esperanza de que revierta la situación, ésta suscita temores sobre el perjuicio para la competitividad, la bajada de ventas y las pérdidas de mercado.
El campo y su papel como “moneda de cambio”
Las organizaciones agrarias -Asaja, COAG y UPA- Cooperativas Agro-Alimentarias han señalado que esta posición de Estados Unidos les coloca como “moneda de cambio” en una guerra comercial.
Una “respuesta contundente”, una solución “rápida y equilibrada”, “máxima presión internacional” o evitar un escenario de “auténtico desastre” son los términos con los que ha reaccionado al anuncio.
La Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva (Asoliva) considera que la imposición de un arancel del 25 % supondrá que España salga de mercado, en beneficio de otros exportadores.El director gerente de esta patronal, Rafael Picó, ha subrayado que es “la peor noticia” que manejaba el sector, pues de imponerse esta tasa significa que “a España le han sacado del mercado en favor de otros países productores”, que no se ven afectados.

Desde la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) insisten en el carácter “estratégico” para los alimentos y bebidas españoles de dicho mercado: supone en valor 1.728 millones de euros y es el primero en importancia, después de la UE. Su director general, Mauricio García de Quevedo, cree que el único objetivo de esta política causar “el mayor daño económico y político posible a Europa” y que encierra a la industria de alimentación y bebidas en una guerra comercial, con “la consecuente pérdida de competitividad frente a otros operadores”.
Los nuevos aranceles se plantean para el vino, embotellado, tranquilo y de menos de 14 grado, lo que supone para España el 73 % de todo lo que vende a Estados Unidos, que según datos de la patronal bodeguera es el cuarto destino para las exportaciones españolas en valor, con 240 millones de euros. El director general de la Federación Española del Vino (FEV), José Luís Benítez, califica la decisión de “arbitraria e injusta” y lamenta que, “de nuevo, el vino sea objeto de represalia en un conflicto comercial internacional en el que no tiene nada que ver”.
Dentro del sector quesero, la nueva tasa afectará a todos los tipos de queso que se venden a Estados Unidos, primer destino porn valor con 88 millones al año.

Y según el director general de la Federación Nacional de Industrias Láctea (Fenil), Luis Calabozo, el queso puro de oveja, el más vendido, ahora mismo estaba libre de arancel, por lo que la imposición dificulta su competitividad en EE.UU., ante su previsible encarecimiento y “caída del consumo”.
Respecto al cárnico, sólo se ve afectado el del porcino, que vende anualmente unas 9.300 toneladas a EE.UU. con una facturación que ronda los 52 millones de euros, sin llegar ni el 1 % del total de las exportaciones españolas, según datos de Interporc.
El origen del litigio
La disputa transatlántica en la OMC, que comenzó hace 15 años, podría provocar una guerra arancelaria entre la UE y EE.UU., aunque la Casa Blanca ha dejado la puerta abierta a negociar y ha pedido al organismo comercial que fije una reunión el 14 de octubre para que formalmente autorice los gravámenes estadounidenses.
La OMC determinó que el constructor aeronáutico estadounidense Boeing perdió el equivalente a 7.500 millones de dólares (unos 6.900 millones de euros) en ventas potenciales debido a subsidios ilegales que Gobiernos de la UE dieron a su rival europeo Airbus, otro de los fabricantes de aviones más grande del mundo.
En ese contexto, Francia, Alemania, España y el Reino Unido ofrecieron a Airbus financiación a un tipo de interés más bajo que los del mercado, lo que permitió a la compañía desarrollar algunos de sus modelos más recientes y avanzados. “Durante años, Europa ha dado subsidios masivos a Airbus que han dañado seriamente la industria aeroespacial de EE.UU. y a nuestros trabajadores”, manifestó Lighthizer. El presidente estadounidense, Donald Trump, consideró hoy un “gran triunfo” el fallo de la OMC.
Además, se atribuyó el mérito de esa victoria al asegurar que la OMC quería que el mandatario estuviera “feliz” porque sabe que no es favorable al libre comercio. Por su parte, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, consideró que cualquier medida de EE.UU. para imponer aranceles sería “miope y contraproducente”.