AUSTRALIA

Viviendo en Australia

Publicado por: BEATRIZ MAPELLI / EFETUR 8 de enero de 2015

Hace ya casi un año que Beatriz Quirós vive arropada por la naturaleza, las buenas temperaturas y un escenario con sabor a lejanía. Reside en Brisbane -Australia- y nos desgrana en esta entrevista sus anécdotas, sus sentimientos y su “extraordinaria experiencia” como española en las antípodas.

“Que está en la otra punta del mundo, que es la isla más grande del planeta, que tiene buen clima y que en ella abundan las playas, la naturaleza y las especies únicas”. Eso conocía Beatriz Quirós de Australia antes de pasar a ser, al menos temporalmente, una ciudadana más de un país que está demasiado lejos de casa.

Ficha Australia

Esta española de 30 años charla con Efetur sobre sus vivencias en “el otro extremo del mundo” y cuenta que, tras 7 años viviendo en Londres, decidió “cambiar de aires y buscar un nuevo desafío antes de regresar definitivamente a España”.

Motivada por el aprendizaje del idioma, las ganas de vivir una experiencia en el extranjero y las oportunidades laborales, aterrizó en Oceanía para dedicar su tiempo a disfrutar y a trabajar en el Departamento de Producto de una web de reservas hoteleras. “Me encargo de la venta y promoción de hoteles de varias regiones de Australia”, explica.

“Vivir en Australia me permite conocer otras culturas y formas de vida, aprender a valerme por mí misma y valorar la vida de otra manera”

Consciente de la distancia que la separa de su familia, encuentra razones de peso para seguir exprimiendo la vida en ese lado del mundo y “conocer otras culturas y formas de vivir, aprender a valerse por sí misma y valorar la vida de otra manera”.

Sin embargo también paga un precio por su aventura y es que “estás muy lejos de los tuyos y se les echa mucho de menos”. “A veces me encantaría teletransportarme y estar por unos días en Madrid con mi familia”, explica nostálgica. Y añade: “También se echa en falta la cultura mediterránea y la forma de ser de los españoles”.

A bordo del 4x4 en Fraser Island, Australia. Foto. Cedida por Beatriz Quirós.
A bordo del 4×4 en Fraser Island, Australia. Foto. Cedida por Beatriz Quirós.

Beatriz encuentra muchas razones para estar allí y es que, según detalla, le “encanta” el buen tiempo, la naturaleza y los paisajes. “Australia, que alberga 23.6 millones de personas y es 15 veces el tamaño de España, tiene numerosas playas, montañas, parques naturales y mucho terreno virgen”, comenta.

“A veces me encantaría teletransportarme y estar por unos días en Madrid con mi familia”

Otro de los grandes atractivos del país -prosigue- es que “la gente vive muy relajada, sin estrés”. “Son muy amables y les encanta disfrutar del tiempo libre”.

Guia Aborigen en Kakadu National Park. Foto. Cedida por Beatriz Quirós
Guia Aborigen en Kakadu National Park. Foto. Cedida por Beatriz Quirós

Pero no es oro todo lo que reluce. Le preguntamos a Beatriz por lo que menos le gusta de su país de acogida, a lo que responde: “Lo que menos me gusta es que no tienen gastronomía propia, ni mucha historia”. “Además cuesta hacer buenos amigos locales y no son tan open-minded -de mente abierta- como yo imaginaba”. No obstante, la balanza está claramente decantada ya que “hay más cosas positivas que negativas”.

 “Australia alberga 23.6 millones de personas y es 15 veces el tamaño de España”

Respecto al idioma afirma hablar un “spanglish bastante gracioso” y explica que, a veces, piensa antes las palabras en inglés que en castellano. “¡Pero el acento, amigos, ¡ay!, eso no se me va a quitar nunca!”, bromea.

Una de las cosas que más extrañan los españoles que viven fuera de nuestras fronteras es la gastronomía mediterránea y en este caso no podía ser menos: “Añoro la comida española, especialmente la de mi madre”, reconoce. En Australia, “lo más popular son las barbacoas y los fish & Chips aunque, al menos, tienen carne y pescado de calidad y mucha cultura de vinos y cervezas”.

“Cuesta hacer buenos amigos locales y no son tan open-minded como yo imaginaba”

Es interesante también la forma en que aquellos que dejan su casa tratan de adaptarse a la personalidad y costumbres de la gente local. En este sentido, Beatriz explica que es “un aprendizaje continuo” pero, en su caso, como trabaja y vive con australianos, ya prácticamente lo tiene “dominado”. A diferencia de los ingleses -con los que tuvo que integrarse durante sus 7 años de estancia en Londres- los australianos son “más parecidos a la cultura mediterránea en el sentido de tener mucha vida social y realizar actividades al aire libre”. ¿La razón? “Claramente el clima”, sugiere.

Cocodrilo en Yellow Water Billabong, en Kakadu (Australia). Foto. Cedida por Beatriz Quirós
Cocodrilo en Yellow Water Billabong, en Kakadu (Australia). Foto. Cedida por Beatriz Quirós

Beatriz o “B” -como la conocen en Brisbane- cuenta que, en Australia, “españoles haberlos, hailos” aunque “muy pocos comparado con los que había en Londres”. Según comenta, tardó 4 meses en conocer al primero pero ahora se relaciona con “unos cuantos”. “Se agradece poder compartir anécdotas y tener cerca parte de tu cultura cuando estás tan lejos de casa”, matiza.

“Se agradece poder compartir anécdotas y tener cerca parte de tu cultura cuando estás tan lejos de casa”

Desde que aterrizó en las antípodas sólo ha vuelto una vez a nuestro país -en agosto de 2014- y, por el coste del desplazamiento, no podrá ver a su familia hasta la primavera. Volver de manera definitiva ya es otro cantar, “algún día” -dice- “aunque esa fecha no ha llegado aún”. “Por el momento estoy aprovechando al máximo mi tiempo aquí y aprendiendo del reto”.

Vista de Whitehaven beach desde arriba, Australia. Foto. Cedida por Beatriz Quirós.
Vista de Whitehaven beach desde arriba, Australia. Foto. Cedida por Beatriz Quirós.

Haciendo valoración de su experiencia, Beatriz recomienda vivir en el extranjero porque considera que “se aprende mucho, te hace más fuerte, más abierto, conoces otras culturas y valoras la vida de otra manera -sobre todo a la familia y amigos-”. Además, en su caso, la calidad de vida “ha mejorado bastante” porque sale menos y vive “más a la luz del día”.

“Viviendo fuera se aprende mucho, te haces más fuerte, más abierto, conoces otras culturas y valoras la vida de otra manera y sobre todo a la familia y amigos”

Esta española concluye con unas palabras que hablan por sí solas: “Vivimos en un planeta maravilloso con mucha vida ahí fuera en la que, al principio, tienes que aprender a valerte por ti mismo pero, una vez vencido el miedo, echándole valor y ganas de vivir, sales adelante”. Palabras pronunciadas desde el otro extremo del mundo que suenan a felicidad, a desafío personal y a aprendizaje, que suenan desde Australia y caen con fuerza aquí, en su añorada España.

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