Cada español tira a la basura unos 26 kilos de alimentos al año. En total, son unos 1.229 millones de kilos en el conjunto del país que se corresponde con el 4,3 % de la cesta de la compra total.
Según el informe del consumo en Alimentación en 2017 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ha caído un 5,7 % del volumen de comida a la basura. Es una tendencia que refleja una “mejor gestión de compra y el uso de alimentos y confirma la concienciación de las familias en la lucha contra el desperdicio alimentario“, detalla el informe.
La mayor parte de este desperdicio, el 87,5 % del total, corresponde a alimentos sin transformar, esto es, por deterioro o caducidad, mientras que en el caso de los platos preparados ha descendido en “mayor proporción”, una tendencia que parece indicar “la mejora en adaptación de las raciones a los miembros del hogar”.
Ocho de cada diez hogares tira comida a la basura
Ocho de cada diez hogares españoles tira comida y, según el análisis sociodemográfico, el desecho de alimentos es más destacado en las familias cuyos responsables de la compra y la comida son menores de 35 años.
Por nivel económico, “las familias con rentas más altas y medias son las que más desperdician” mientras que en los hogares que tienen ingresos menores es más bajo, hasta el punto de que sólo el 15 % de los encuestados reconoce tirar comida.
El informe señala, además, que a excepción de los productos cárnicos y pescados, que suben ligeramente, se ha reducido el desperdicio en todas las categorías.
Un tercio de los alimentos que si tiran son frutas, seguidas de las verduras y hortalizas (14,1 %) y lácteos (13,1 %), una categoría de productos en la que los yogures son los que más terminan en la basura, hasta el punto de que suponen el 4,8 % total del desperdicio frente al 1,5 % de la leche líquida.
Y en cuanto a los platos cocinados, uno de cada cinco de los que se tiran son los de “con base de legumbre”, con un total de 31,1 millones de kilos, una categoría que además ha incrementado un 2 % su peso en el total respecto a los datos del año anterior.

Son las lentejas el plato más desperdiciado, seguido del “cocido”, el potaje de garbanzos, el puré de verduras o la ensaladilla rusa.