Las primeras vacaciones poscovid van expirando, con un verano en el que el turismo rural ha superado los niveles prepandemia y ha cerrado un agosto en el que el 60 % de los alojamientos han estado ocupados por un público especialmente nacional en busca de tranquilidad y desconexión.
Los campos de lavanda en Brihuega (Guadalajara); el espectáculo de los cerezos en el Valle del Jerte en Cáceres o el piorno en la Sierra de Gredos (Ávila) son algunos de los reclamos de la España rural para captar a los admiradores de lo natural y del efecto “wow” en Instagram.
