Durante décadas Sonia ha vendido en la calle sus desayunos mexicanos de tamales, chocolate caliente y pudín de arroz para sostener a su familia. Pero a raíz de la pandemia en Nueva York echó el cerrojo y ahora con una gran deuda por el impago de la renta teme perder el hogar que comparte con tres de sus cuatro hijos y un nieto, inquietud compartida por entre 34 y 40 millones de inquilinos en Estados Unidos.