El grupo DIA terminó el primer trimestre del ejercicio con pérdidas por valor de 142,6 millones de euros, lo que supone una mejora del 5,7 % respecto al mismo período del año anterior, cuando sus números rojos superaron los 150 millones.
El informe de resultados de la compañía, conocido este martes, apunta a que entre enero y marzo sus cuentas se vieron afectadas por la depreciación del real brasileño, con un impacto negativo estimado en 66,5 millones de euros.
Su facturación neta se redujo un 2,1 %, hasta los 1.696 millones de euros, debido en parte al cierre del 12 % de su red de tiendas, y de hecho sus ventas en términos comparables (es decir, comparando los resultados con los mismos establecimientos) crecieron un 2,6 %.
Desde la cadena de supermercados han destacado que su cifra de ventas refleja “los avances” conseguidos por su plan de transformación, pero también el aumento de ingresos observado en marzo como consecuencia del coronavirus, que dio lugar a un mayor consumo del hogar tras el cierre de la hostelería y la aprobación del confinamiento social.
Más costes y nuevas oportunidades por la pandemia
El grupo revela en el informe enviado hoy a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que los costes asociados a la COVID-19 ascendieron a 22 millones de euros, incluido el pago de bonus a su personal por trabajar durante la crisis y la compra de material sanitario.

En opinión de sus responsables, la compañía tiene ahora en el escenario “post-pandemia” una “oportunidad de acelerar la transformación del negocio” iniciada hace un año con la llegada de un nuevo equipo directivo colocado por su máximo accionista, el magnate ruso Mijaíl Fridman.
En términos de rentabilidad, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de DIA se disparó un 266 %, hasta situarse en los 60,7 millones de euros.
La firma procedió en los tres primeros meses del año al cierre de 121 supermercados, hasta acabar marzo con 6.506 tiendas en total, de las cuáles un 42 % operaban en régimen de franquicia.
Brasil perjudica las cuentas
Por mercados, los ingresos netos de DIA se incrementaron en España un 1,9 %, hasta los 1.059,9 millones de euros; subieron un 4,3 % en Portugal, hasta los 148,9 millones; y mejoraron un 5,6 % en Argentina, hasta los 235,8 millones.
Por el contrario, en Brasil su facturación se desplomó un 23 %, hasta los 251,5 millones de euros, con el negocio “muy afectado por los cierres previstos de las tiendas con peores resultados y el efecto monetario adverso”.
En cuanto a su situación financiera, el volumen de deuda neta de la compañía cerró el primer trimestre en los 1.945 millones de euros, un 4 % menos que a finales de 2019.

En este sentido, pese a que el perfil de vencimientos de la deuda “ha mejorado” en el último año, desde DIA han recordado que dadas las “dificultades” en los mercados vinculadas con la pandemia están estudiando “alternativas” para su línea de bonos que vence en abril de 2021, incluida la opción de un canje de deuda.
Apuesta fuerte por la web
La agencia Moody’s ya advirtió a finales del mes pasado que esta operación sería vista como un supuesto de suspensión de pagos (“deault”) bajo su metodología.
El presidente de DIA, Stephen DuCharme, ha destacado el crecimiento en ventas comparables del grupo, que ya se dispone a entrar en una segunda fase de su proceso de transformación para poner en marcha un “nuevo modelo de explotación” basado en “reforzar y potenciar la dirección” de cada mercado en el que opera.
Además, ha resaltado el papel jugado por sus tiendas y empleados en tiempos de pandemia, y ha avanzado que la empresa se centrará ahora “en la evolución de la oferta comercial para abordar el comportamiento cambiante de los consumidores”, incluyendo una cada vez más importante apuesta por el comercio electrónico.