Según nos cuenta, al llegar a Uruguay “no tenía muy claro dónde centraría sus fotografías” pero, al ver la gran cantidad de personas que beben y comparten mate en la calle, en casa, en los parques y en el trabajo, decidió “conocer más a cerca de esa sorprendente bebida con la fotografía como pretexto”.

En las imágenes, se puede apreciar el brillo de la gente antes de consumir esta infusión y cómo las propias instantáneas, muestran que se trata de algo más que una bebida: una tradición en estado puro que comparten todos los uruguayos”.

“A través de las imágenes, se aprecian las cosas en su máxima expresión, con sus virtudes y defectos”

“Pasé un día inolvidable viendo cómo una bebida era capaz de unir a personas tan diversas”, comenta mientras hierve agua para prepararse la infusión.

Tara señala que Uruguay “constituye un destino muy atractivo para el turismo fotográfico porque no es un país de gran tamaño y, en pocas semanas, puedes recorrerlo entero. Se trata de un país costero, con una gran diversidad de paisajes, donde la luz y el color acaban siendo el eje central de las imágenes.

Para la sesión de fotos, Tara utilizó una Canon 50 D, con un objetivo de 50 mm. Indica que “siempre le ha gustado mucho el resultado que obtiene al utilizarla y la facilidad que ofrece en términos de manejo”. Con ella consigue unas fotos sencillas, muy naturales, “con unos enfoques y desenfoques que se agradecen a la hora de fotografiar rostros de personas” ya que, como señala, “consigue neutralizar las expresiones en estado puro”.

“La cámara consigue la luz que quiero y me regala los colores justos, sin necesidad de hacer retoques”. “Nunca he sido muy amiga del Photoshop”, concluye.

Tara considera que, a través de las imágenes, “se aprecian las cosas en su máxima expresión, con sus virtudes y defectos”. “A partir de la fotografía aprecias cosas que se te escapan a simple vista, detalles que, si consigues reparar en ellos, dotan las cosas de una gran hermosura”. ¿Y vosotros, estáis listos para apreciar el detalle?