Con un número creciente de visitantes nacionales e internacionales, la provincia china de Gansu desplegaba hace unos días todos sus encantos turísticos en la VI Feria de Turismo Internacional de la Ruta de la Seda, a la que Efetur pudo asistir para conocerlos de primera mano.
En Occidente, cuando invocamos a China desde un punto de vista turístico, rápidamente nos asaltan imágenes que nos trasladan a rincones tan pintorescos como la Gran Muralla a su paso por el noroeste de Beijing, los bosques de bambú de Sichuán o las caprichosas formaciones rocosas con las que el río Li modela los paisajes de la provincia de Guangx. Sin embargo, China tiene mucho más que ofrecer. Tanto, que resulta imposible descubrir todos sus encantos en una sola visita.
Con una superficie de 9.596.961 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 1.400 millones de personas, muchas regiones del Gigante Asiático han decidido abrir de par en par sus puertas y dar a conocer al mundo sus infinitas posibilidades culturales y de ocio.
Entre estas regiones se encuentra la provincia de Gansu. De tamaño ligeramente más reducido que el de nuestro país, se sitúa al norte de China en un altiplano que se eleva un kilómetro sobre el nivel del mar. Allí, las extensas llanuras esteparias solo rompen su monotonía cuando se deslizan hacia el sur, donde chocan bruscamente con el eje de la cordillera de Qilián, cuyo punto más prominente alcanza los 5.547 metros de altitud.
Los desniveles del terreno propician la existencia de un patrimonio natural y paisajístico tan rico como diverso, que tiñe las tierras ocres del desierto de Gobi con montañas multicolores en el Parque Geológico Nacional de Zhangye Danxia y con suelos verdes en el extremo más meridional de la provincia.
Su patrimonio histórico y cultural tampoco se queda a la zaga. Protegido en muchos casos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), presume de recursos tan singulares como las Grutas de Mogao, las primeras fortificaciones que dieron lugar a la Gran Muralla China o la curiosa tradición musical que, conocida como Hua’er, está protagonizada por los miembros de hasta nueve grupos étnicos diferentes.
Estos y otros muchos enclaves y elementos están conectados por un importante tramo de la Ruta de la Seda que, hasta el descubrimiento de América por parte de los españoles, no solo llevó prosperidad económica a la región, sino que también favoreció interesantes intercambios culturales que aún hoy conservan visible su impronta.
Gansu despierta de su letargo turístico
Desde hace más o menos un lustro, Gansu no ha escatimado en inversiones para convertirse en una auténtica referencia turística. No es que antes no tuviera potencial para serlo, pero la ausencia de infraestructuras adecuadas no propiciaba la llegada de turistas convencionales que, en general, buscan transportes cómodos y rápidos, hoteles que ofrezcan los servicios mínimos y restaurantes tradicionales con todas las garantías de calidad. Hasta allí solo se acercaban espíritus aventureros que buscaban vivir una serie de sensaciones que ahora, afortunadamente, están al alcance de todos.
En la actualidad, las principales ciudades de Gansu -en especial su capital, Lanzhou- y cada vez más zonas rurales disponen de un mayor número de instalaciones turísticas que nada tienen que envidiar a las que existen en destinos tradicionales. Por el contrario, muchas veces las superan.
Según declaraciones a Efetur del director de la Administración Nacional de Turismo de China en España, Zhang Zhiyun, “en los últimos años se ha habilitado un tren que conecta Beijing con la Región Autónoma del Tíbet, así como seis trenes turísticos, a los que seguirá un tren-hotel de lujo”. Respecto a las conexiones aéreas, la provincia cuenta ya con “seis líneas internacionales, que de momento salen de dos aeropuertos de nueva construcción y que pronto lo harán desde otro par de aeropuertos aún no concluidos”. Por su parte, la red de autopistas conecta “hasta 14 ciudades de Gansu entre ellas y con otras tantas de seis provincias vecinas”.
La Ruta de la Seda como hilo conductor
Con el objetivo de promocionar turísticamente la provincia, desde hace ya seis años, el Gobierno regional de Gansu se encarga de organizar la Feria de Turismo Internacional de la Ruta de la Seda, un punto de encuentro en el que tour operadores, políticos y periodistas nacionales y extranjeros se dan cita para conocer de primera mano la oferta de la zona.

En su sexta edición, Efetur pudo asistir a este evento y compartir experiencias con representantes locales y delegaciones llegadas de países tan dispares como Zambia, Malasia, Bielorrusia, Kazajistán, Alemania, España, Portugal, Hungría, Rusia, Grecia, Corea del Sur, Canadá, Estados Unidos, Singapur, Dinamarca, Finlandia, Nueva Zelanda, Japón, India, Francia y Reino Unido.
Aunque la feria en cuestión se prolongó durante tres días en los que las videoproyecciones y los discursos políticos se encargaron de promocionar las bondades de la zona, sus efectos serán visibles durante todo un mes en distintos puntos de la provincia. Dependiendo de los lugares, los participantes podrán disfrutar de “conciertos, conferencias sobre aviación, vinos ecológicos, concursos, representaciones teatrales y otras muchas actividades culturales”, según Zhang. Además, se organizarán “ferias sobre el matrimonio y los viajes románticos, el folclore, la artesanía y diversas tradiciones de las etnias más minoritarias”.