El nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas forma parte de una “nueva cultura” para “corregir” cuestiones de salud, por lo que “hay la voluntad” de aplicar un impuesto similar en otros productos con exceso de grasa y azúcar.
Así lo aseguró ayer el secretario de Hacienda de la Generalitat, Lluís Salvadó. El impuesto queda enmarcado en la nueva corriente de usar los impuestos para corregir ciertos problemas que tiene la sociedad“, señaló Salvadó en declaraciones a Rac1. Por eso, “el objetivo del Govern es corregir determinados hábitos, no tanto de los consumidores como de los propios fabricantes”.
“Existe la voluntad de poner este impuesto sobre los alimentos con exceso de azúcar o de grasa“, avanzó el secretario de Hacienda.

El nuevo impuesto ya se aplica
Las empresas de la industria, distribución y la hostelería empezaron ayer a aplicar en Cataluña el nuevo impuesto autonómico que grava a las bebidas azucaradas envasadas.
Según recordó la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), la medida prevé dos subidas: una de 0,08 céntimos por litro si el producto tiene entre 5 y 8 gramos de azúcar por cada 100 mililitros, y otra de hasta 0,12 céntimos por litro en caso de que el azúcar supere los 8 gramos por cada 100 mililitros.
Se han subido 0,08 y 0,12 céntimos por litro
Los productos afectados son todos los refrescos o sodas, bebidas de néctar de frutas, bebidas deportivas, bebidas de té y café, bebidas energéticas, leches endulzadas, bebidas alternativas de la leche, batidos y bebidas de leche con zumo de fruta, bebidas vegetales y aguas con sabores.
En este momento “seguramente no se notará que la bebida es más cara. El impuesto se empieza a repercutir a partir de la fecha que el punto de venta ha comprado el producto al distribuidor”, aclaró Salvadó, para quien “la idea es que el consumidor pague el impuesto (…) para que se produzca un cambio de hábitos del consumidor”.