Los países de la Unión Europea (UE) y la Comisión Europea (CE) pactaron hoy una veintena de medidas concretas para reforzar la acción comunitaria contra fraudes alimentarios como el del insecticida fipronil. Este verano se halló en huevos y carne de pollo procedentes, principalmente de Holanda y Bélgica.
Estas medidas incluyen desde la posibilidad de establecer un funcionario responsable de seguridad alimentaria en los Estados miembros hasta ejercicios para probar las capacidades de los países ante crisis.
El escándalo del fipronil estalló a principios de agosto, cuando Holanda y Bélgica recomendaron a los consumidores retirar ciertas partidas de huevos, aunque la detección de esta sustancia, prohibida a nivel europeo en la cadena alimentaria, se produjo varios meses antes.
La CE consideró que su Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF) funciona correctamente, pero abrió el debate con los Estados miembros para ver qué se podía mejorar. Las acciones consensuadas hoy están centradas en mejorar la comunicación sobre riesgos entre Estados miembros y la Comisión, con el fin de garantizar que “llega al gran público de manera más rápida y coherente”.

Sin restos de fipronil en Navarra
El Instituto de Salud Pública y Laboral ha analizado la calidad de los huevos y derivados que se producen, embalan y elaboran en Navarra sin encontrar en ningún caso la presencia del insecticida fipronil.
Tras la activación de esta alerta europea, Salud Pública ha realizado un muestreo “prospectivo y aleatorio” aplicando los principios de precaución y priorización de los controles en base al riesgo, entre los 37 centros de embalaje y clasificación de huevos y 1 elaborador de ovoproductos que están registrados en Navarra.