El pleno del Parlamento Europeo (PE) pidió ayer medidas para que se reduzca a la mitad el desperdicio alimentario en la Unión Europea, dado que cada día se tira a la basura el 20 % de lo que se produce.
Se trataría de recortar al menos a la mitad los 88 millones de toneladas de alimentos que la Unión Europea (UE) desperdicia anualmente. Para reducir ese desperdicio los eurodiputados consideran vital eliminar la confusión que tienen muchos europeos con las etiquetas de “consumo preferente”, que permite consumir ese alimento sin riesgos y “fecha de caducidad”.
El problema del etiquetado
En esa labor, los eurodiputados llaman a involucrarse a las autoridades nacionales y los operadores del sector alimentario. Según un Eurobarómetro de 2015, el etiquetado se conoce “escasamente” por los consumidores. Así, solo el 47 % conocía realmente el significado de “consumo preferente” y el 40 % el de “consumir antes de”. Asimismo, piden a la Comisión Europea que proponga modificar la normativa europea sobre IVA para autorizar exenciones fiscales a la donación de alimentos.
La propuesta de la Eurocámara obtuvo 623 votos a favor, 33 en contra y 20 abstenciones
El mayor derroche de alimentos se produce en Holanda (541 kg por persona al año) y Bélgica (345 kg) mientras que en el lado contrario, se sitúan Eslovenia (72 kg), Malta y Rumanía (76 kg). España se sitúa por debajo de la media comunitaria, con 135 kg de comida tirada a la basura por persona y año.
La ponente del texto, la socialista húngara Biljana Borzan, destacó en el debate previo al voto que, “en los países desarrollados, la comida se desperdicia principalmente al final de la cadena, en la distribución y el consumo”.”Hacen falta esfuerzos de responsabilidad coordinada tanto de etiquetado como de divulgación de su significado”, señaló.
Las donaciones
Asimismo, subrayó durante su intervención la necesidad de establecer una legislación fiscal para las donaciones de comida en la UE que lleve a “reducir el desperdicio, y aumentar el buen uso de grandes volúmenes de alimentos” que terminan en la basura y no en comedores sociales porque es más barato. Por su parte, la eurodiputada de IU Ángela Vallina dijo que uno de los errores del sistema es que se sigue “en un modelo desproporcionado que tiende a la superproducción y a la ausencia de salarios dignos en el campo”.
“No puede ser que por un lado se tiren 137 kg de comida por persona y año, y por otro se conviva con personas malnutridas”
Para la eurodiputada española, “la única alternativa” para reducir el desperdicio de alimentos, “pasa por defender la soberanía alimentaria, los circuitos cortos de distribución y la agricultura ecológica”. Por su parte, el parlamentario del Partido Popular Europeo Francesc Gambús instó a la CE a establecer “un plan de acción contra el desperdicio alimentario”, así como a trabajar con el resto de instituciones para desarrollar y ejecutar herramientas para terminar con la malnutrición.
El 10 % de los europeos, sin acceso a alimentos de calidad
El eurodiputado independiente señaló que “no puede ser que por un lado se tiren 137 kg de comida por persona y año, y por otro se conviva con personas malnutridas porque no se pueden pagar una buena alimentación”.
Según datos del PE de 2014, 55 millones de personas, es decir, un 9,6 % de la población de la UE, no podían pagar una comida de calidad siquiera cada dos días. Por otra parte, el texto del PE recordó que la producción y eliminación de estos alimentos provoca la emisión 170 millones de toneladas de CO2 y requiere el uso de 261 millones de toneladas de recursos.
En ese sentido, desde los escaños ecologistas, el eurodiputado de Equo Florent Marcellesi “la UE debe ignorar las presiones del lobby de la agroindustria, que bajo el argumento de que sólo ellos pueden alimentar al mundo, incrementan los métodos intensivos y contaminantes de producción”.
“Está claro que cumplir con nuestra primera prioridad, que es la provisión de un suministro de alimentos suficiente y sostenible, pasa por una necesaria y urgente reducción masiva de los residuos de alimentos”, añadió el eurodiputado de los Verdes.