Diferentes puntos de la geografía gallega celebran esta tradición para honrar las cosechas con la castaña como elemento central.
Las castañas recuperaron este sábado su protagonismo en la gastronomía gallega con motivo de la celebración de magostos populares en diferentes puntos de la geografía de esta Comunidad, en especial en la ciudad de Ourense.
No en vano, la festividad de San Martiño, que se celebra este mes, está declarada de Interés Turístico de Galicia.
Esta tradición gastronómica, de origen pagano y posteriormente cristianizada, regresa de nuevo este noviembre para “honrar” las cosechas con la castaña como elemento central, un papel que ya tenía hace siglos y que le fue posteriormente arrebatado con la llegada del maíz y las patatas.
Conocida esta fiesta con el nombre de “magostos” en Galicia, “amagüestu” en Asturias, “magosta” en Cantabria, “gaztañarre” en el País Vasco o la “castanyada” en Cataluña, la celebración arranca con cada temporada de la matanza del cerdo, cuando en las casas se comen castañas asadas acompañadas por chorizos, costillas y el vino nuevo.
Magostos: estampa típica del otoño
En su versión más turística, la de los magostos es una estampa típica del otoño, y desde hace semanas los puestos de venta de cucuruchos de castañas asadas llenan las calles de la ciudad, cocinadas al estilo tradicional, y le dan ese característico toque de otoño.
Sin embargo, el magosto no es específico de la ciudad, ya que aldeas y ciudades de toda Galicia se suman estos días a este espíritu otoñal con la celebración de magostos populares, cuyo significado va más allá del ritual del fuego para tener vinculación con el Samaín.
Un referente del Rexurdimento, el célebre escritor Manuel Murguía, asociaba la fiesta del magosto con un acontecimiento funerario, en el que castaña y vino nuevo protagonizarían los papeles de muerte y vida, respectivamente.
Esta fiesta, declarada de Interés Turístico de Galicia, se limita en la actualidad a reunir a los vecinos en grandes grupos alrededor del fuego, donde se asan bien las castañas al calor de las brasas.
Coincidiendo con el San Martiño, este martes la ciudad de Ourense celebrará un magosto popular en la Praza Maior, un rito a base de un bollo preñado y una ración de castañas, acompañado todo ello de agua y vino.
En concreto, el ayuntamiento repartirá este año un total de mil kilos de castañas, dos mil bollos preñados y cuatro mil litros de vino.
La castaña es un suculento producto con grandes propiedades nutritivas
Además, el municipio orensano de Parada do Sil, uno de los más acérrimos seguidores de esta festividad, se prepara igualmente para la castaña. Así, los vecinos de la parroquia de Sacardebois celebran un gran Magosto Popular, con castañas asadas, vino y chorizos, manjar amenizado con música de verbena.
También tiene su hueco en el cartel conmemorativo una particular “Andaina de la Castaña por la Ruta de Castiñeiros”.
Después de varios años abocado prácticamente al olvido, la castaña, un suculento producto con grandes propiedades nutritivas, busca su hueco en los menús de restaurantes y en la restauración, y lo hace en sus diferentes modalidades, ya sean crudas, cocidas o asadas.
Las formas de comer la castaña son muy variadas. Desde cocidas, con cáscara, y en algunas zonas de Ourense acompañadas de una hierba que se llama nébeda, hasta con chorizo, habas, o mojadas en leche o en vino.
En lugares puntuales, incluso los productores mantienen el uso de la castaña para dar de comer al ganado. No obstante, la forma más tradicional de cocinarlas es asadas, ya sea en el horno o en las brasas de las hogueras.