Wahiba Sands Desert, Oman. Foto: EFETUR/Cedida por Javier Magán

Wahiba Sands Desert, Oman. Foto: EFETUR/Cedida por Javier Magán

ESPAÑOLES POR EL MUNDO

Vivencias de un español en Omán

Publicado por: BEATRIZ MAPELLI / EFETUR 13 de diciembre de 2016

Javier Magán nos descubre sus vivencias como español por el mundo. Vive en Omán, muy lejos de casa, en un destino “diferente”, dice, pero que le ha regalado una experiencia “de lo más enriquecedora”.

“Quería salir de España, me apetecía volver a trabajar fuera, en un lugar diferente del que pudiese aprender con la experiencia”. Así comienza su relato Javier Magan, un español de 28 que reside, desde hace once meses, en Mascate, la capital de Omán.

Aunque reconoce que no conocía “absolutamente nada” de este país antes de instalarse en él, ahora puede decir que destaca por sus gentes y por la naturaleza que se extiende por todo el territorio. Esto es, quizás, lo que más despierta su interés, los “característicos” paisajes, difíciles de encontrar en cualquier otro país de la zona, combinados con “bellísimas playas, e impresionantes montañas y desiertos”.

Entre las paradas imprescindibles para el turista, Javier recomienda Wadi Shab, un valle entre dos montañas que puedes recorrer entre “parajes naturales sorprendentes”; o Wadi Bani Khalid, un valle con senderos verdes y lagos en los que disfrutar de un plácido baño al aire libre. Tampoco pueden perderse, asegura, el desierto de Wahiba Sands, donde acampar es “una experiencia única”; y Jebel Shams o el “Gran Cañón de Omán”, una formación montañosa “impresionante”. Suma a sus recomendaciones Ras al Jinz, un espacio con playas “espectaculares” en las que desovan las tortugas al caer la noche; o las Islas Dimaniyat, una reserva natural ideal para practicar snorkel por la belleza de su fauna y flora marina.

Javier Magán, de excursión en Oman. Foto: EFETUR/Cedida por Javier Magán
Javier Magán, de excursión en Oman. Foto: EFETUR/Cedida por Javier Magán

Este consultor de comercio exterior, que trabaja en la oficina comercial de España en Mascate ayudando a empresas españolas a que operen en el mercado omaní, nos explica que es un destino que poco o nada tiene que ver con su país de origen.

Omán, un destino tranquilo

Y es que Omán es mucho más tranquilo y con una historia reciente: “Hace poco más de 40 años, el país tenía poco más que diez kilómetros de carreteras asfaltadas, el cambio ha sido muy importante y rápido, pero no hay que olvidar que sus habitantes eran, hasta hace poco, pescadores, pastores… lo que hace de ellos gente de trato muy cercano, humilde y gentil”, añade.

Según nos cuenta, aquí, en Omán, la comunidad española se reduce a 100 o 150 personas, y la mayoría de ellos vive en la capital. Además, asegura que es muy sencillo adaptarse a las costumbres locales ya que la población es “muy abierta y amable”. “Los propios omanís te ayudan en todo lo que necesites de forma desinteresada y quizás esto es lo más impactante y lo que más se diferencia de los países desarrollados”, defiende.

Sobre el sabor local, Javier señala que es “prácticamente inexistente”, salvo contados platos autóctonos como el shuwa -carne-, el arroz biriyami, y el halwa -un dulce típico-. Y es que en Omán, la gastronomía recibe “mucha influencia” de otros países, y predominan los establecimientos de origen libanés o indio. Para los visitantes, recomienda el restaurante Palayok, en el que degustar comida filipina “de muy buena calidad y precio”.

Javier Magán en Oman. Foto: EFETUR/Cedida por Javier Magán
Javier Magán en Oman. Foto: EFETUR/Cedida por Javier Magán

De este destino, donde se pueden registrar más de 50 grados centígrados en época estival, se lleva algunas anécdotas, como la ocasión en la que se quedó tirado con el coche en mitad de la carretera y, en menos de diez minutos, ya había más de tres coches parados para asistirle. “Eso en España, es difícil de encontrar. La verdad es que la forma de ser omaní es un ejemplo para todos”, puntualiza.

El balance en este país, en el que convive el árabe y el inglés como principales idiomas, ha sido “muy enriquecedor en todos los aspectos” y le ha permitido “tomarse las cosas con más calma” y disfrutar de otro tipo de entretenimiento al que estaba acostumbrado. “Debo decir que nunca viví en un país similar a este, ni siquiera en cuanto a tamaño. El estilo de vida es muy tranquilo y diferente al español”, matiza.

Aunque de momento no tiene pensando instalarse de nuevo en España porque, dice, “estará siempre ahí y prefiere seguir conociendo mundo”, sí que reconoce que se dejará caer en estas fiestas, porque nada es comparable, a buen seguro, con la magia de volver a casa por Navidad.

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