Comer y beber en pleno vuelo, aunque sea en una aerolínea de bajo coste, cuesta cuatro veces más que cuando se adquieren en un supermercado, según un estudio de Kayak.
Comer y beber en pleno vuelo, aunque sea en una aerolínea de bajo coste, cuesta cuatro veces más que cuando se adquieren en un supermercado, según un estudio de Kayak.