La cadena de restaurantes Aloha Poké, especializada en este plato de origen hawaiano, prevé cerrar este ejercicio con una facturación de cinco millones de euros y 17 restaurantes, por lo que sumará seis a los que actualmente tiene abiertos en Madrid, Valencia, Terrasa e Ibiza.
Así lo ha explicado en una entrevista con Efeagro el cofundador de esta enseña, Guillermo Fuente, que proyecta seguir su expansión por otras capitales “interesantes” como Bilbao, Sevilla o Málaga, sin descartar salir al extranjero una vez consolidado el mercado nacional.
El poke es un plato con destacados fans como el ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama; se sirve en boles con mezcla de pescado crudo marinado, sobre una base de arroz o quinoa, ingredientes frescos a capricho del consumidor como algas, pepino o aguacate y distintos aliños.

Desde la apertura de su primer local en 2017, la cadena Aloha Poke ha realizado una inversión 1,8 millones de euros para abrir 14 locales y popularizar este plato; once restaurantes ya están en funcionamiento y otros tres -dos más en Madrid y uno en Barcelona- “lo harán muy pronto, porque están muy avanzados”, ha detallado.
Del total de locales abiertos, tres son propios y el resto bajo franquicia, un modelo “mixto” en el que confía este emprendedor, pues permite sumar al proyecto emprendedores que confían en el concepto y, sobre todo, en el poke.
Fuente considera que, pese a que hay ciertas voces dentro de la restauración que hablan de “burbuja“, en el caso de la comida “rápida, pero sana” está “muy poco explotado” y hay mucho margen para mejorar ventas y beneficios.
Otras de las claves, ha detallado, es la posibilidad de que cada comensal pueda confeccionar su plato de poke al gusto y responder así a sus necesidades nutricionales.
Comida sana y para llevar
En línea con las tendencias actuales, Aloha Poké confía una parte “importante” de su negocio a la comida para llevar, un porcentaje que “depende” del local y de las horas, pero que puede llegar al 50 % en algunos de los establecimientos.
Aún así, de momento no apuestan por crear una “dark kitchen” o cocina solo para repartir, aunque sí hay establecimientos con dos líneas de operaciones, para local y para reparto.
El éxito de este plato, en concepto “delivery”, que según datos de algunas plataformas ha conseguido un crecimiento exponencial en el número de pedidos, está en que al ser un plato frío “es el mismo bol, el mismo producto y la misma presentación la que te llega a casa”, detalla Fuente.

Así, esta firma se desarrolla en locales pequeños, para unas 25 personas, con una rotación de unos 20 minutos por comensal y un trasiego importante de repartidores, ha explicado.
En cuanto a la polémica por la figura laboral de estos repartidores, el emprendedor asegura que, por el momento, no les ha afectado a su negocio ni a la imagen del mismo, aunque “a nadie le gusta que haya empresas en el punto de mira”.
En su caso, su política laboral le lleva a contar con una plantilla de 80 personas que pueden ir “ascendiendo” en función a sus méritos y a quienes se les da la oportunidad de poder crecer.
En su política de Responsabilidad Social, también han cambiado su política en torno al plástico sustituyendo el PET por un material realizado por compuestos vegetales, un avance “que la gente estaba demandado”.