Marcada por la abundancia de monasterios y por sus bellos paisajes, la Ribeira Sacra, conocida como la Catedral de Dios, está volcada con la vendimia, ese momento en el que el trabajo de los viticultores se muestra con toda su dureza, al portar la materia prima por escarpadas laderas.
Marcada por la abundancia de monasterios y por sus bellos paisajes, la Ribeira Sacra, conocida como la Catedral de Dios, está volcada con la vendimia, ese momento en el que el trabajo de los viticultores se muestra con toda su dureza, al portar la materia prima por escarpadas laderas.
Los fuertes desniveles en las laderas de las montañas son uno de los signos de identidad de la comarca de A Ribeira Sacra, a medio camino entre Ourense y Lugo, pero también una característica fundamental de los vinos que en ella se producen.
La cosecha lleva unos diez días de retraso con respecto a lo que sería un año de maduración normal en los viñedos inscritos en la denominación de origen Ribeira Sacra, pero en las últimas semanas “el clima está ayudando” y las uvas se “encuentran en buenas condiciones” y en un “buen estado sanitario”.
