El Hostal rural Miralmundo, rodeado de montañas, en la localidad albaceteña de Ayna, es uno de esos rincones con encanto único. De estilo rústico y rodeado de naturaleza, ofrece a todos los que pasan por allí una escapada de paz y bienestar donde las vistas panorámicas y el olor serrano hacen el resto del trabajo.
La localidad de Ayna -Albacete-, enclavada entre las Sierras del Segura y de Alcaraz, esconde uno de esos espacios que conquista los sentidos en cuanto aterrizas en él: El Hostal Miralmundo. Este complejo rural cuenta con una situación privilegiada para todos los que busquen perderse en la naturaleza, un espacio enclavado entre montañas y a los pies del río Mundo.
Inaugurado en 1997 y reformado en 2009, alberga 10 estancias con espectaculares vistas al entorno e iluminación natural. Su estilo rústico no les resta las comodidades de un hostal urbano y ofrece así servicios como baño privado, calefacción, wi-fi y televisión, entre otras cosas.
Cada una de las habitaciones cuenta con una decoración diferente entre sí pero con elementos en común como la piedra, la madera y la forja, lo que les otorga un ambiente de lo más acogedor.
El hostal -que brinda suculentos desayunos- dispone de dos espacios de uso libre para sus clientes. Por un lado, una sala de estar con juegos, televisión y aire acondicionado también con vistas a los alrededores. Por otra, un espacio equipado con nevera, microondas y fregadero para uso de los huéspedes.
Si se prefiere una escapada más íntima, este hostal cuenta con un apartamento independiente, con acceso directo desde la calle. Dispone de salón-comedor con chimenea, dos dormitorios, dos baños y una cocina dotada con todo tipo de electrodomésticos.
Todos los que elijan este destino para su escapada, podrán disfrutar de las infinitas posibilidades turísticas que ofrecen los alrededores. Una de las más atractivas es la ruta de la película “Amanece que no es poco”, del director de cine José Luis Cuerda. Gracias a este filme, rodado en los pueblos de Ayna, Lietor y Molinicos, se desarrolla por la zona un itinerario que muestra los escenarios más emblemáticos de la película.
Con el buen tiempo, se puede disfrutar de las distintas zonas de baño naturales como embalses o ríos. También, durante todo el año, la zona invita a practicar deportes como bicicleta de montaña, escalada, rutas a caballo o senderismo, entre otros. Este enclave natural, alberga también la Cueva del Niño, un espacio donde admirar distintas pinturas rupestres que trasladan a otro tiempo. Numerosos reclamos que añaden valor a la atractiva oferta del hostal.