El pueblo luso de Castelo Rodrigo, una de las doce Aldeas Históricas de Portugal, recreó este fin de semana la afamada Batalla de Salgadela, que enfrentó a tropas españolas y portuguesas en el siglo XVII y que, según la leyenda, contó con la intervención divina de la virgen.
Los hechos ocurrieron en 1664, cuando las tropas españolas deciden intentar tomar el sitio de Castelo Rodrigo, un enclave estratégico, en la antigua frontera entre España y Portugal y hasta donde llegaba la diócesis salmantina de Ciudad Rodrigo. Si en octubre de 1642 esta aldea lusa fue saqueada por las tropas españolas, la invasión se produciría 22 años después, el 5 de julio de 1664, cuando el ejército español ingresa en esta plaza desde los risco del Águeda.
La fortaleza de Castelo Rodrigo, un pueblo fortificado, contaba, dice la leyenda, con unas 150 personas y las tropas invasoras, convencidas de su victoria, traían consigo, incluso, a monjes para ocupar el monasterio local de Santa María de Aguiar.
En la recreación ofrecida a los asistentes durante esta jornada en la Aldea Histórica, se narra cómo los cañones de España intentaban destruir la muralla de Castelo Rodrigo, ante el terror de las poblaciones del entorno. Entre el fuego enemigo se introdujo una mujer, indiferente al peligro, que se dedicaba a recoger las balas que impactaban sobre los sillares del recinto amurallado y se las entregaba a los escasos soldados portugueses.
Aunque la mujer fue tiroteada una y otra vez, como reflejó la recreación de la batalla de Salgadela, las balas le caían en los pies y cuantas más recibía, más munición lograba recoger para los defensores de Portugal. Se trata de Santa María de Aguiar, patrona de la comarca de Figueira, a la que pertenece el pueblo de Castelo Rodrigo.

Y cuando el conflicto alcanzaba su cenit bélico, llegarían para alegría de los lusos los refuerzos de Pedro Jacques de Magalhaes, que posibilitó la victoria sobre las tropas invasoras de España.
Esta historia, a caballo entre lo real y lo legendario, supuso un momento crucial para el devenir luso-español, ya se que se consolidaba, así, la Restauración de Portugal, y cesaban las intenciones de unir los dos reinos, el de España y el de Portugal. Además, la aldea de Castelo Rodrigo, con apenas un centenar de vecinos, se ha convertido en uno de los símbolos de “La Raya” (como se conoce popularmente a la frontera entre España y Portugal).
Atractivos turísticos
A pesar de sus derruidas murallas, se trata de un pueblo con mucho tirón turístico, situado a unos 300 kilómetros al noreste de Lisboa. Su castillo y su adarve es un buen reclamo para los amantes del turismo histórico y, como está situado en un alto, desde sus murallas se divisan gran parte de los pueblos bañados por los ríos Duero y Águeda, tanto en Portugal como en España.
Además, durante todo el fin de semana, se han dado cita en Castelo Rodrigo decenas de figurantes que, además de la mencionada batalla, también han recreado otras escenas como la defenestración del secretario de Estado portugués Miguel de Vasconcelos (1590-1640) o el incendio del Palacio de Cristóbal de Moura (siglo XVII).