La producción española de acuicultura aumentó un 21 % en valor en 2022 al compás del alza de precios, pero la patronal acuícola Apromar acusó dificultades para acompañar este crecimiento en volumen debido a las normativas que impone el marco administrativo para desarrollar esta actividad.
La facturación de la cosecha de acuicultura en España el año pasado alcanzó los 760,7 millones de euros (131,7 millones más que en 2021), pero en tamaño sufrió una leve contracción de 0,24 %, quedando en 326.520 toneladas, según datos de Apromar a los que ha tenido acceso Efeagro.
La especie más abundante fue la de mejillón, con 255.218 toneladas en 2022 (de nuevo un ligero descenso respecto a 2021, cuando la producción fue de 255.303 toneladas) y un valor estimado de 159,3 millones de euros.
A continuación se situaron la lubina, con un volumen de 23.622 toneladas (-1,3 %) y un valor de 181,6 millones de euros; trucha arco iris, con 16.328 toneladas (+4,1 %) y un valor de 43,6 millones de euros; el atún rojo, con 10.877 toneladas (+8,1 %) y un valor de 183,2 millones de euros; y dorada, con 8.932 toneladas (-7,3 %) y un valor de 40,2 millones de euros.
Destacaron los aumentos en la producción de rodaballo, con 8.766 toneladas, un 14,9 % más que el año anterior y con un valor en primera venta de 101,8 millones de euros; y de corvina, que se situó en 4.742 toneladas, un 66,3 % más que en 2021 y con un valor de 41,7 millones de euros.
LAS RECLAMACIONES DE LA PATRONAL
“El precio sube pero las toneladas no. Además, el precio no lo controlamos, depende del mercado, pero hay una serie de limitaciones para crecer en producción de toneladas y ese es el principal reto del sector”, expresa el gerente de Apromar, Javier Ojeda.
La patronal enfatiza que las limitaciones de los caladeros tradicionales de la flota de pesca española son “permanentes”.
Entre las “numerosísimas normativas” que han de cumplir las empresas del sector y que, según Apromar, limitan su capacidad de crecimiento, la patronal enumera las concesiones de ocupación y las relativas a emisiones, seguridad alimentaria, residuos, tasas y cánones.
La organización pide una “revisión holística” del marco administrativo que se aplica a la acuicultura que elimine “cargas innecesarias” y reduzca las tasas, como las de los puertos estatales y autonómicos, y los cánones, como el de vertido en los ríos.
Además, reclama una definición de la ordenación del espacio marítimo en todas las costas, estableciendo definitivamente las zonas de uso prioritario para acuicultura, y definir igualmente las áreas potenciales para esta actividad en las cuencas hidrográficas.

LA ACUICULTURA EN LA UNIÓN EUROPEA
España es el mayor productor acuícola de Europa en volumen (23 % del total) pero el sector considera que podría crecer mucho más y ayudar a paliar el déficit comercial de los productos de la pesca y de la acuicultura, que se ha situado en 3.581 millones de euros en el año 2022, más de 1.000 millones superior al del 2015.
Para ilustrarlo, la patronal indica que dos de cada tres doradas y una de cada dos lubinas consumidas en España son de importación.
“En España y en Europa hay tanto déficit de productos acuáticos que hay espacio para que España pueda dar satisfacción a esa demanda, pero actualmente no se puede”, lamenta el representante de Apromar.
La Unión Europea (UE) generó en 2022, entre pesca y acuicultura, un total de 4,6 millones de toneladas de productos acuáticos, de los que exportó 2,1 millones de toneladas y dedicó a usos no alimentarios otros 1,1 millones de toneladas.
Además, importó 8,55 millones de toneladas de productos acuáticos, generando una dependencia de productos acuáticos importados del 67 %.