Los estanqueros han visto que no sólo el tabaco echa humo: también lo hacen los cigarrillos electrónicos cuyas ventas se han disparado hasta ahora al margen de sus tiendas; pero, tras el reciente visto bueno del Comisionado para el Mercado de Tabacos, el negocio tiene más alicientes para ellos.

Creado originalmente en China en 2006, el cigarrillo electrónico se ha puesto de moda, al igual que las palabras para referirse a él, como "vapeo" o "vapear", o las cuidadas tiendas a pie de calle en las que se venden.

Amplia variedad

Desechables, con cartuchos intercambiables o con recarga de líquidos, hay cigarrillos electrónicos de todos los precios y para todos los gustos: de distintos sabores, con cargas de nicotina dosificables de 6, 9 y 18 miligramos, que emiten vapor o se les enciende la punta como si fuera un cigarrillo convencional.

Sus perspectivas pone los "dientes largos" a cualquiera, en un momento en el que la venta legal de tabaco desciende en España por efecto del contrabando, por un lado, y por el trasvase hacia labores más baratas, desde la picadura a los cigarrillos low-cost.

Está en juego un jugoso pastel de 500 millones de euros en el mercado europeo y de unos 2.000 millones en todo el mundo, según un informe de Euromonitor.

Si desea acceder al contenido completo de esta y otras informaciones del sector agroalimentario, puede abonarse a Efeagro. Más información, aquí.