Producir rosquillas fritas resulta muy costoso. Esa es al menos el análisis que hace la dirección actual de Panrico, en manos de su accionista Oaktree, que se ha puesto como objetivo rebajar los costes en 50 millones de euros. Conseguir esta meta supondrá la adopción sacrificios para todos, según la propia compañía.
Panrico, el dueño de los famosos “Donuts” se ha blindado en el juzgado ante otros acreedores al declararse insolvente en los juzgados de Barcelona. La compañía, según fuentes financieras y del sector, había empezado a sufrir la congelación de las líneas de circulante y la de los proveedores de azúcar, aceite, harina y huevos.
Panrico es la historia de un príncipe destronaado. Con una competencia que pisa muy fuerte, una crisis económica que cuestiona el modelo productivo y mileuristas que ayer eran clientes y hoy no pueden permitírselo Panrico no ha querido ver lo que sus ventas cantaban a gritos: en cinco años han caído un 30 % y están a niveles de 1995.
Es casi la mitad de la plantilla el número de trabajadores que la dirección de Panrico ha planteado eliminar, en total 1.914 empleos. Los que se queden verán como su sueldo se reduce entre el 35 y 45 %. Un plan que ya han rechazado los sindicatos.
