La posada El Molino de Cadalso, ubicada en la localidad cántabra de Rasines, propone a los viajeros una escapada para “desconectar y descansar, donde el único ruido que hay es el que genera la propia naturaleza”, explica a Efetur la co-propietaria de este alojamiento familiar, Lorena Abedul.

Enclavado frente al río El Silencio y rodeado de verdes prados y montañas, este espacio se caracteriza por su original construcción realizada al cien por cien con materiales rústicos de madera y piedra. También desprende “un encanto especial” el propio molino junto al que se construyó la posada, un edificio que “comenzó siendo una ferrería y, en el siglo XVII, con la introducción del maíz, se convirtió en un molino de río”. Todavía en uso, “emplea la energía renovable” y se convierte en una atracción turística para el huésped que puede conocer “cómo eran las tolvas y los cajones para recoger la harina de la molienda del maíz”.

Más alicientes

Alberga cinco habitaciones, todas con un original diseño y diferentes entre sí, con elementos como un cabecero con detalles antiguos. Incluyen baños privados, TV de pantalla plana y magnificas vistas a los alrededores, “todas las comodidades necesarias para tener un gran nivel de confort”.

Prestan especial atención al aspecto gastronómico desde su restaurante, con platos caseros elaborados con ingredientes de su propia huerta y su gallinero. Según nos detalla Abedul, están especializados en “cordero lechal asado en horno de leña, pescados del Cantábrico y carne de vacuno como el chuletón”. “También criamos cerdo, hacemos la matanza y ofrecemos la tradicional morcilla, chorizo…”. Todo ello, acompañado de una amplia carta de vinos y postres caseros para deleitar a los 50 comensales que puede albergar este espacio.

Para los que prefieren comer al aire libre, El Molino de Cadalso cuenta con una terraza de verano techada con cristal, vistas a la naturaleza y a la sombra de un nogal de 80 años de antigüedad.

El entorno

Otro de los atractivos de este lugar es que está envuelto por la naturaleza y propone a sus huéspedes disfrutar de una escapada de placer combinada con propuestas de ocio como senderismo o rutas BBT. Además, se encuentra a tan sólo 10 minutos de la playa de Laredo, una opción ideal para visitar los días de verano.

La propia zona de Rasines, por su tranquilidad, es ideal para una escapada verde, en la que desconectar, lejos del ruido de coches y cerca del sonido de los gallos”. “Es un entorno que retrotrae al pasado”, concluye.