El ponente del Comité Económico Social Europeo (CESE), y secretario de Relaciones Internacionales de UPA, José Manuel Roche, y el director de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla), Carlos Palomar, han coincidido en que es necesario un uso sostenible de los fitosanitarios pero teniendo en cuenta que son esenciales para la producción y la rentabilidad agraria.

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En su análisis, han apostado por las nuevas tecnologías que permiten tanto una mayor precisión de uso como el desarrollo de alternativas, y que se estudien bien las limitaciones legislativas en tanto no haya alternativas que los agricultores puedan utilizar.

Roche está de acuerdo en potenciar la sostenibilidad "económica, medioambiental y social" pero sin llegar al punto de que "se nos quiten las herramientas" que permiten "cuidar" las plantas y "sin tener alternativas".

En su intervención, ha mencionado propuestas "agresivas", hechas desde el Parlamento Europeo, ante las que pide "sentido común" para "no dejarnos a los agricultores por el camino".

El CESE elaboró un dictamen sobre la directiva en el que tuvieron voz "todos" los actores con intereses en la materia y se consiguió un documento final "equilibrado" en el que los participantes se sintieron "cómodos", y que refleja la necesidad de utilizar fitosanitarios pero también de "seguir trabajando para minimizar los riesgos en su uso y buscar alternativas".

En Efeagro Punto de Encuentro, Roche considera que las instituciones comunitarias están estudiando la directiva "sin tener en cuenta su impacto" y sin caer en que no usar fitosanitarios hace a las producciones europeas "menos competitivas" respecto a la importación de productos desde terceros países en cuyos cultivos "sí se utilizan".

Por todo ello, cree que la Comisión Europea debería "bajar un poco" el ritmo de adaptación a los nuevos requisitos de sostenibilidad que emanan del Pacto Verde Europeo, y más tras las consecuencias de la pandemia y de la guerra en Ucrania.

"Lo que no se nos puede hacer es un planteamiento tan estricto, tan duro y sin poner alternativas", a la vez que hace un llamamiento para que las decisiones que se adopten sean fruto de lo que diga "la ciencia y la investigación": "Parece que al final es el culpable de todo lo que pasa medioambientalmente" en el país, cuando es un sector "estratégico para la sociedad".

Y traslada el mensaje de que los agricultores no usan fitosanitarios porque les facilite la vida o les reporten más rentabilidad a sus producciones sino porque "es la única manera que en estos momentos tenemos de seguir produciendo alimentos".

Por su parte, el director de Aepla ha recordado que la propuesta comunitaria comenzó con "muy buena música" porque "sonaba muy bien" a priori pero "luego vino la letra pequeña".

Esa letra pequeña recoge, según Palomar, una reducción "bestial" en el uso de los fitosanitarios en cuanto a zonas donde aplicar y cantidades.

Son unos usos, a su juicio, que "no son realistas" y que tendrán "impactos tremendos para el sector agrícola".

Palomar ha destacado el trabajo ya desarrollado para minimizar el uso de los pesticidas y ha apostado por combinarlos con la utilización de las nuevas tecnologías para "una gestión integrada de plagas".

Aunque en su opinión, "no se puede fiar todo a una tecnología, ya que las plagas y las enfermedades son muy tozudas y se adaptan con rapidez", y ha pedido a la Unión Europea que "no sea una isla" a la hora de producir alimentos.

La Unión Europea "se puede llevar la sorpresa" de que se adopten decisiones "políticas no basadas en la ciencia, sino en populismos", ha añadido.

Unas decisiones que para Palomar pueden ser "un tiro en el pie para nuestros agricultores" y que sólo sirven para "ponernos la medalla" de reducción en el uso de los fitosanitarios.