Los efectos del cambio climático que ya se empiezan a sufrir en el viñedo, junto al deprimido consumo de vino en España, se sitúan como principales amenazas del sector, que requieren que las bodegas "se muevan y actúen", según apuntaba ayer, durante la clausura de la Asamblea General de la Federación Española del Vino (FEV), su presidente Miguel A. Torres.

Torres avanzó que la FEV ultima un proyecto que remitirá a Ministerio y Unión Europea (UE) con el objetivo de preparar al sector "para un futuro que no es bueno", ya que se necesitará de la construcción de balsas para guardar agua, ventiladores contra las heladas, trasladar las viñas a zonas de mayor altura de forma más rápida y avanzar en la investigación frente a enfermedades.

Entre ellas, los hongos en la madera, que en muchos casos se vinculan al cambio climático, que destruyen ya millones de cepas, o la bacteria xylella si finalmente llegase al viñedo peninsular.

El presidente también refirió el reto de invertir en renovables y de conseguir que la UE amplíe sus objetivos de emisiones contaminantes para 2030 porque la vid sería muy sensible a las subidas de las temperaturas que anticipan las proyecciones.

En el ámbito normativo, defendió "separar el vino y el alcohol" en el marco de las políticas públicas, porque "tomado con moderación puede ser recomendable" y, en este punto, valoró los estudios que realizará la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (Fivin) y la Interprofesional sobre vino y salud y su papel en la prevención de enfermedades como el cáncer de mama.

Por otra parte, Torres propuso más esfuerzos en promoción externa para mejorar el conocimiento y posición del vino español frente a países como Francia o Italia, mucho más conocidos.

Apoyos de la Administración

El director general de la Industria Alimentaria, Fernando Burgaz, destacó durante su intervención en la clausura de la Asamblea de la FEV, la importancia de las exportaciones en un contexto de bajo consumo interno en España, un país que acusa también la pérdida de población.

No obstante, valoró que "hay margen para crecer" y ha hecho hincapié en las acciones promocionales impulsadas desde la Interprofesional del Vino de España y desde las denominaciones de origen, con el objetivo de aumentar el consumo de vino responsable.

Remarcó la importancia de las ayudas actuales a la promoción en terceros países de la Organización Común de Mercado del vino (Política Agraria Común) y para inversiones que benefician al sector, con un montante que supera los 50 millones de euros anuales en cada caso, a las que suma los programas comunitarios de promoción horizontal que ya están utilizando algunas denominaciones de origen.

Burgaz recordó que la UE cuenta con diferentes líneas para impulsar la innovación, unos fondos comunitarios que las bodegas españolas deberían aprovechar para impulsar su modernización.

Tras la Asamblea de ayer, Miguel A. Torres renueva la presidencia de la organización para los próximos tres años tras sustituir en 2017 a Christian Barré

Por otra parte, animó a estas empresas, asimismo, a incorporarse al código de buenas prácticas comerciales -impulsado como desarrollo a la ley de mejora de la cadena alimentaria-, y también al programa de sostenibilidad del Ministerio (eSIAB) y, en ámbito del etiquetado nutricional, Burgaz valoró que el vino "es un alimento y debe serlo a todos los efectos".

El director general mostró en este foro el máximo apoyo del Ejecutivo a la candidatura del español Pau Roca (FEV) para dirigir la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).