Niños dan las gracias a los voluntarios de Cooperatour. Foto: Cooperatour

Niños dan las gracias a los voluntarios de Cooperatour. Foto: Cooperatour

TURISMO SOLIDARIO

El placer de ayudar a los demás en vacaciones

Publicado por: ALBERTO MATOS/EFETUR 20 de julio de 2016

Disfrutar de las vacaciones y ayudar a los demás al mismo tiempo. Esa es la propuesta del turismo solidario que, protagonizado principalmente por mujeres, despierta conciencias y proporciona una inmediata toma de contacto con realidades menos favorables que la nuestra.

Si te sientes bien prestando tu ayuda a las personas menos favorecidas pero nunca encuentras tiempo para hacerlo, el periodo de vacaciones puede ser un buen momento. Si te animas, tan solo tienes que acudir a una de las muchas organizaciones que preparan viajes de voluntariado internacional y exponer tus preferencias y disponibilidad.

Así es como funciona, entre otras, Cooperatour, una asociación independiente y sin ánimo de lucro que acaba de cumplir 10 años y que actualmente opera en países de Asia y Latinoamérica. En este sentido y según ha explicado a Efetur su fundadora, Brenda Casal, los destinos más solicitados “varían de año a año”, dependiendo, entre otras cosas, “de la actualidad del momento”. Así, “el terremoto registrado en Nepal en abril de 2015” ha originado este año “un aluvión de peticiones, mientras que hace dos años fue Guatemala el país más demandado”.

¿Por dónde empiezo?

Pese a su noble finalidad, el turismo solidario tiene un precio. Así que si tu intención es desplazarte a otro país para prestar tu ayuda, deberás tener ahorrados, al menos, “550 euros, que es lo mínimo que nos tendremos gastar”. A este importe hay que sumar, además, “el billete de avión, que el voluntario deberá comprar por su cuenta”.

Eso sí, antes de emprender el viaje, la organización exige a los participantes la realización de “un curso online sobre voluntariado”, así como la aplicación de “las vacunas pertinentes de acuerdo a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad” y la expedición de “un visado en caso de que el país de destino así lo exija”. También es importante “inscribirse en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación”, para que, “ante cualquier problema sepan en todo momento dónde localizarnos”.

Una vez hecho todo esto, la organización se encargará de “recogernos en el aeropuerto más próximo al lugar donde haremos nuestro voluntariado, nos proporcionará alojamiento, comida e, incluso, la compañía de un colaborador local para que pueda resolver cualquier imprevisto y traducirnos cuando haga falta”.

El tiempo dedicado a cada una de las actividades dependerá “de la petición previa que hayamos realizado”, de manera que podremos trabajar “a jornada completa o durante unas pocas horas para aprovechar el tiempo libre y dedicarnos, por ejemplo, a conocer la zona”.

Voluntaria impartiendo clases. Foto: Cooperatour
Voluntaria impartiendo clases. Foto: Cooperatour

¿Qué puedo hacer yo?

Las labores de voluntariado se pueden desarrollar “de manera individual o en grupos de personas que previamente no se conocen, que es lo más habitual”. En cualquier caso, las tareas son muy variadas y pueden “estar relacionadas con la igualdad, la educación, el medio ambiente, la agricultura y la ganadería o la construcción”, entre otros tantos.

Los quehaceres diarios pueden así incluir “clases en escuelas y orfanatos, protección de las tortugas marinas, talleres para mujeres con clases de inglés o acompañamiento de enfermos en hospitales”.

El perfil del voluntario español

La tipología de las actividades “está condicionada por el género de los voluntarios”. Representados “en un 65% por mujeres con estudios superiores de entre 24 y 40 años”, proceden en su mayoría “de zonas urbanas, especialmente del País Vasco, Madrid y Barcelona”.

Los hombres “se están incorporando poco a poco a nuestros proyectos”, si bien ellos “prefieren otro tipo de tareas, como las relacionadas con la construcción de edificios”.

En cualquier caso, estos trabajos están “estrechamente relacionados con las profesiones que desempeñan en España”, como pueden ser los profesores, que “solicitan realizar labores educativas allá donde son destinados”.

A diferencia de lo que ocurría “hace unos años”, cuando “casi todos los voluntarios eran universitarios que se tomaban estos viajes como aventuras de juventud”, ahora “también recibimos a jubilados” y, en algunas ocasiones, “también a familias representadas por padres e hijos”.

Tengan la edad que tengan, en todos los casos las motivaciones son siempre muy parecidas: “todos desean aportar su particular granito de arena porque se consideran privilegiados por vivir donde viven y por tener de todo”.

Voluntaria ayuda a una niña con sus tareas escolares. Foto: Cooperatour
Voluntaria ayuda a una niña con sus tareas escolares. Foto: Cooperatour
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