La Reserva de la Biosfera de las Marinas Coruñesas de la Tierra del Mondeo ocupa un territorio muy diverso de Galicia. Hay multitud de paradas interesantes en esta comarca, como Betanzos, una ciudad que reúne naturaleza, cultura y patrimonio.
La ciudad de Betanzos vive en torno al agua, que le proporciona innumerables recursos paisajísticos entre los que destaca la Ría de Betanzos, donde desembocan los ríos Mandeo y Mendo. Hay varias opciones para conocer bien este enclave, rutas adaptadas a todo tipo de públicos. Desde el centro urbano, se puede recorrer un sendero que lleva hasta el Campo de Os Canerios. Se trata de un paseo relajado paralelo al río desde donde se pueden divisar los viñedos que dan vida a uno de los vinos más afamados del país.
También muy cerca se encuentra el paraje natural de Roibeira y, en las marismas de la Ría, la desembocadura del Mandeo y el Mendo, en las inmediaciones del Pazo de Mirañán y la playa del Pedrido.
Hacia Santiago de Compostela
Betanzos forma parte del Camino Inglés que une Ferrol con Santiago de Compostela. Por esta ruta, se puede disfrutar de multitud de zonas verdes, construcciones, paisajes ribereños y atravesar los puentes más antiguos de la zona. El camino llega desde Paderne y se adentra en Betanzos para llegar hasta el mismo centro de la ciudad. El peregrino descubre entonces la Plaza de los Hermanos García Naveira y continúa por el el puente de As Cascas para iniciar la subida hacia Abegondo.
Para los que tengan más tiempo, imprescindible hacer una ruta por las iglesias de este municipio, con construcciones del siglo XIV como la Iglesia de Santiago, un ejemplo de la transición del Gótico al Románico; la de San Francisco, uno de los templos góticos más representativos de Galicia o la de Santa María de Azogue. Los coloridos balcones de la plaza de O Boo, la plaza de los Hermanos García Naviera, centro neurálgico de la ciudad, o la plaza de la Constitución, con el edificio del Concello obra del arquitecto Ventura Rodríguez.
Si te has animado ha disfrutar de la Reserva de la Biosfera Marismas Coruñesas y las Tierras del Mandeo, esta ciudad ofrece una parada satisfactoria para cultivar cuerpo y espíritu, recorriendo sus calles y descubriendo el tranquilo modo de vida de sus gentes.
