Pretende dar a conocer "espacios que no ocupan el lugar que merecen". Así describe Fernando Franjo, periodista, historiador y bloguero gallego, las claves de su libro “50 Cafés Históricos de España y Portugal”, de la editorial Alvarellos Editora. Con el siempre armonioso acento  gallego, desgrana curiosidades y secretos de estos rincones con tradición en una entrevista con Efetur.

Se trata de una obra ilustrada con más de 300 fotografías que recorre medio centenar de cafés de España y Portugal, locales en los que, durante décadas, “se ha desarrollado gran parte de la vida cotidiana de la ciudad en la que se ubican”.

Y pone por delante una disculpa: por hacer la lista finita, han tenido que quedar fuera de estas páginas “aún siendo merecedores de estar en ellas” numerosos establecimientos; “seleccionarlos ha sido el proceso más difícil. Hay que ser un poco cruel para hacer una especie de maremágnum entre todos ellos y quedarte sólo con 50”, asegura.

¿Cuál ha sido ese proceso de selección? Tres criterios: La historia del café, el anecdotario y la crónica periodística. “Cuando voy a un café, me siento, cojo mi libreta y analizo el perfil del cliente, la calidad del servicio...”, explica.

 “Seleccionar los cafés ha sido el proceso más difícil”

El recorrido, según Franjo, empieza en espiral desde Galicia; continúa por el norte; baja por Cataluña y Levante; prosigue por Andalucía; sube por Portugal -de sur a norte- hasta Braga; entra en la Meseta y concluye en Madrid. “Mi objetivo era hacer un trasfondo de todos los cafés de la Península Ibérica”.

En su viaje, ya literario, deja clara la distinción entre el café histórico y el popular. El primero esconde “grandes elementos artísticos, ese señorío”, mientras que el segundo no dispone de estos rasgos, pero, por el contrario, alberga “ese valor familiar” y conserva una receptividad en el público “muy difícil de mantener en la sociedad actual. Ninguno de los dos minusvalora al otro”.

Si le ponemos en la tesitura de seleccionar cinco de entre esos 50 cafés, que le gusten especialmente o con los que se sienta identificado,  muy a su pesar -“porque todos son lugares emblemáticos”- escoge:

1. El Majestic, de Oporto, “uno de los cafés más hermosos del mundo”.

2. El Royalty, de Cádiz, “uno de los más grandes de España”.

3. Café Santa Cruz, de Coimbra, “antigua sacristía de una iglesia”.

4. Café Casino, de Santiago de Compostela.

5. La Confitería Nacional, de Lisboa.

Cafés, emblemas de la ciudad

Desde el punto de vista turístico, el experto considera que estos establecimientos están bien integrados en la ciudad, que reflejan las costumbres y características del lugar donde su ubican y presentan “cierta simbiosis” con ella. En buena parte de ellos, reflexiona, se une el “componente turístico y el autóctono”. “Hay muchos que son un patrimonio del turista y otros en los que se perciben las tradiciones de siempre”.

Según precisa, los locales con gran carga artística o histórica suelen ubicarse en “zonas céntricas” de la ciudad. Tiene sentido porque, en el siglo pasado, estos espacios eran “como cenáculos, lugares para la tertulia, por lo que se encontraban al alcance de sus protagonistas”. “El Café Gijón es un claro ejemplo”, apunta.

Para un amante de los cafés como es él, este tipo de establecimiento se convierte en visita obligada en sus viajes; en todas sus escapadas viaja “en clave cafetera”.

"Siempre que viajo lo hago en clave cafetera”

Diseña una ruta y siempre tiene en cuenta los cafés. “Entro, me tomo algo, hago mi análisis y fotografío el local”. Luego, señala, “hablo con el responsable, le cuento mi proyecto y, al llegar a casa, vuelco la información en mi blog”. Se llama “La vuelta al mundo en ochenta Cafés", y es un espacio digital en el que plasma y desvela la magia de los cafés más emblemáticos con los que va tropezando en el camino.

Volviendo al libro, el autor se sincera y reconoce haber visitado 49 de los 50 cafés seleccionados: le falta uno. Se trata del Café Real de Zaragoza, que Franjo encontró cerrado en la fecha elegida para visitarlo. No obstante, reunía la información necesaria y le consta que es uno de los iconos cafeteros de nuestro país. “Está pendiente”, afirma.

Una pasión cafetera

“Quería llevar a efecto una pasión. Esto es lo que hago en casa, en mis ratos libres, robándole horas al sueño”, admite cuando se le pregunta por el germen del libro. Se trata de una afición que comenzó a gestarse allá en su adolescencia y que ahora queda plasmada a través de sus más de 200 páginas.

Se trata de poner al alcance del lector “el café con mayúsculas”, una ruta alrededor de 50 espacios que puedan sugerirle algo. Según defiende, "todo el mundo debería disfrutar de este momento, descansar en una de sus sillas y sentir lo que que supone el café con respecto a la ciudad”.

"Se trata de poner al alcance del lector el café con mayúsculas"

No descarta la idea de realizar una segunda edición sobre cafés a escala europea o, incluso, mundial, pero reconoce que “requiere mucho tiempo y dedicación. Para mí sería una autentica delicia, la idea está ahí”.

El libro se presentará en Santiago el próximo jueves día 11 y podrá adquirirse en las librerías y en la plataforma web de la editorial Alvarellos Editora. Además, en este espacio web, se encuentra toda la información ampliada, así como una muestra del interior del libro en formato digital, entre otros contenidos.