El acuerdo, anunciado hoy, se limita por ahora a los consumidores "urbanos" de seis ciudades de Argentina, Francia, España e Italia, que podrán recibir sus pedidos en un tiempo próximo a los treinta minutos cualquier día de la semana, una vez se ponga en marcha el proyecto a principios de octubre.

No obstante, fuentes próximas a la operación apuntan a Efeagro que la idea es "crecer en ciudades dentro de estos países, pero también llegar a otros mercados" donde Carrefour ya está presente.

En la práctica, la alianza permitirá a los usuarios de la "app" de Glovo encontrar 2.500 productos de la enseña francesa y hacer su pedido, que será colocado en bolsas en alguno de los supermercados más cercanos a su zona y llevado a su domicilio por un repartidor de la "start up" en media hora, ya sea en bicicleta o en moto.

Directivos españoles del grupo francés reconocían hace justo dos años en un acto con periodistas que la compañía comenzó a abordar la revolución digital "tarde" y de forma "desorganizada", aunque ahora ya es una prioridad.

Pruebas en envíos "ultrarrápidos"

Entonces la prioridad era garantizar que el cliente pudiera comprar por Internet y recibir su compra en la franja horaria que quisiera o recogerlo en tienda, dejando de lado las entregas ultrarrápidas que ya ofrecían Amazon o El Corte Inglés en España.

No obstante, la empresa reconocía que este tipo de envíos en menos de dos horas podrían ser interesantes para su red de supermercados, y de hecho ya en verano de 2017 testaban un modelo de colaboración con diferentes empresas en Madrid y Barcelona.

Actualmente, la web de Carrefour en España permite recibir en casa el pedido al día siguiente -gestionado por sus hipermercados-, aunque deja recogerlo en tienda en dos horas; en los supermercados, por el contrario, las entregas sí son en menos de dos horas, pero la compra se debe realizar físicamente.

En París y otras ciudades francesas, la compañía ya tiene experiencia en envíos rápidos con pedidos recibidos vía web, con un servicio "express".

Glovo se apunta un tanto

Para Glovo, la alianza con Carrefour representa un espaldarazo en un momento clave para la firma, inmersa en una fase de expansión internacional con América Latina bajo el foco.

De hecho, en su última ronda de financiación la "start up" española -nacida en Barcelona en 2015- ya anunciaba que parte de los 150 millones de euros recibidos la destinaría al desarrollo de nuevos negocios, como la entrada en el supermercado "online".

Glovo cuenta, en varios países, con locales que -aunque cerrados al público- tienen personal durante las 24 horas del día y todo el año y donde almacena productos de "alta rotación": refrescos, hielos, pizzas o aperitivos; ahí centraliza los pedidos y los entrega en menos de media hora.

Uno de sus fundadores, Óscar Pierre, explicaba en noviembre de 2018 que inicialmente intentaron hacer lo mismo con cadenas de distribución, pero "costaba mucho la integración" y decidieron pasar a comprar a proveedores directamente para obtener "un margen de beneficio más interesante".

Ahora vuelve a relacionarse con un grupo de supermercados y aspira a que la alianza contribuya no sólo a mejorar su oferta, sino también a ser más conocida en países donde Carrefour es ya líder.

En los últimos meses la imagen de Glovo en España se ha visto afectada -igual que otras platafomas como Deliveroo o Ubereats- por las críticas al modelo laboral que utiliza con sus repartidores, a los que la Inspección de Trabajo de varias provincias ha considerado "falsos autónomos", lo que ha derivado en el inicio de acciones judiciales.