El director general de la firma de champán Louis Roederer, Frèdèric Rouzaud. Efeagro/Leif Carlsson/Cedida por Louis Roederer

Impulsadas por el comercio electrónico

La firma Louis Roederer espera que las ventas de champán remonten con el fin de año

Publicado por: Belén Delgado/EFEAGRO 8 de diciembre de 2020

La firma de champán Louis Roederer espera que sus ventas remonten con el fin de año, impulsadas por el comercio electrónico, tras un 2020 lleno de “melancolía” por la pandemia que merece quedar atrás, según su propietario, Frédéric Rouzaud.

En una conversación telefónica con Efeagro, el director general de esta “casa de champán” fundada en 1776 y una de las pocas independientes que quedan en el panorama actual reivindica que el suyo es un vino que “se puede beber en cualquier ocasión”.

“Efectivamente en este momento un poco deprimente el champán puede ser un antídoto excelente para la melancolía que nos rodea”, enfatiza Rouzaud, que pertenece a la séptima generación de la familia.

Sobre la pandemia, considera que se trata de una “crisis mundial que ha tocado al mundo entero”, si bien en su empresa familiar, que ha conocido “muchas crisis” en el pasado, son unos “privilegiados” porque tienen “unos valores y una visión a largo plazo” que les dan “cierta serenidad”.

Menores rendimientos

La casa de champán representa un negocio que “toma su tiempo”, con viñas de 40 años de edad media que aportan la materia de los productos más exclusivos y un “stock” que se guarda en las cavas antes de salir al mercado.

Rouzaud se muestra dispuesto a aprovechar la oportunidad de “reinventarse” y adaptarse a los cambios, aunque el impacto del coronavirus se haya notado en las ventas, que han caído entre el 15 % y el 20 %, según sus estimaciones.

Ante esa situación, las bodegas y los viticultores de champán acordaron el pasado agosto reducir el volumen de uva vendimiada al nivel más bajo en los últimos 35 años con vistas a evitar una sobreproducción y el hundimiento de los precios.

El rendimiento se situó en 8.000 kilos por hectárea (equivalente a 230 millones de botellas), un 20 % menos de lo habitual.

Rouzaud explica que, tras organizarse entre ellos para reducir el volumen en línea con el descenso de las ventas, la vendimia ha sido “excepcional” en términos de calidad.

Viñedos de la firma de champán Louis Roederer. Efeagro/Cedida por Louis Roederer

Alrededor de 600 personas participaron en la vendimia para Louis Roederer y no hubo que lamentar casos detectados de covid-19, después de que se tomaran las medidas de protección y distancia social, apunta el dueño de la firma, cuyos viñedos ocupan más de 240 hectáreas en la región Champagne.

Apuesta por lo digital

Una de sus apuestas para sortear la crisis está siendo la del canal “online”, que funciona “muy bien a la fuerza” ya que, con las restricciones, no hay tantas tiendas y restaurantes abiertos donde comprar y consumir champán.

“Las ventas de este fin de año globalmente son bastante buenas en el contexto actual, con más ventas a domicilio y sitios de venta por internet. Todo el comercio electrónico se ha puesto en marcha para efectivamente compensar la falta de ventas en la restauración, que ha tenido que cerrar”, explica Rouzaud.

La campaña de Navidad suele ser una ocasión especial para descorchar el champán, pero el año ha estado marcado por la falta de celebraciones y otras muchas limitaciones por la pandemia.

El directivo confía en se pueda dejar el brindis para más adelante, esperando que la crisis haya terminado.

“Las botellas de champán de hoy son todavía mejores mañana. Siempre se venden un poco más jóvenes y se pueden guardar durante mucho tiempo. Cuanto más envejecen, mejor están”, asegura.

Botella de champán de la firma Louis Roederer. Efeagro/Cedida por Louis Roederer

En el mercado, los precios oscilan desde los 45 euros de un espumoso “Roederer Brut Premier”, que se elabora anualmente, hasta los mil euros que cuesta un vino blanco de la edición limitada “Cristal Vinothèque”.

Expansión internacional

Louis Roederer mantiene el 20 % de sus ventas en Francia, el “escaparate” donde los restaurantes, hoteles y tiendas especializadas de vino contribuyen a darle fama -“no tenemos capacidad suficiente para abastecer a los supermercados”, argumenta su propietario-, mientras que el 80 % se exporta a un centenar de países.

Estados Unidos y países europeos como Alemania, el Reino Unido, Suiza e Italia son algunos de los principales destinos, a los que se suma Rusia, país con el que la “maison” francesa guarda un “vínculo muy particular”, ya que su champán “Cristal” fue creado por encargo del zar Alejandro II en 1876.

Rouzaud también cita Japón, Australia, Singapur, Tailandia y hasta España, donde ese espumante del norte de Francia compite con la singularidad de otros propios del sur como el cava, elaborado en un territorio y clima muy distintos.

“Intentamos inventar el gran champán de mañana”, afirma el dirigente de la firma, quien cree que, al margen de innovaciones, “el gran artista es la naturaleza, que da cierta calidad y equilibrio en la uva”.