El negocio del cordero (especialmente el lechal), el cochinillo y el torrezno han sufrido sobremanera el cierre de la restauración por el coronavirus pero llegó la desescalada, que ha desembocado en la “nueva normalidad”, y sus ventas recobran el aliento conforme la vida vuelve a las calles.
Con una caída del 90 por ciento de la demanda y una producción imposible de parar, el cochinillo de Segovia se abre paso ante la crisis derivada del cierre de la hostelería adaptando la explotación a la del cerdo o a través de la congelación y almacenamiento, con los graves sobrecostes que esto conlleva.
Es una tendencia clásica del mercado tras las fiestas navideñas. Actualmente, las cotizaciones del cordero y del cochinillos están perdiendo hasta un 10 % de su valor en solo una semana.
La estabilidad de la recuperación económica repercute en un mayor ánimo a la hora de adquirir estos productos para unas fechas tan señaladas en el calendario español.
