En concreto, el enoturista gasta 144,34 euros diarios, según los resultados del nuevo estudio de Acevin, con datos del primer semestre del 2016. Es un 7,73 % más que en el balance anterior. Como la media de la duración del viaje es de 2,19 días,  el gasto medio total en un viaje de enoturismo sería de 316,10 euros por persona.

El 37,6 % de los encuestados asegura realizar el viaje motivado directamente por la cultura del vino

Sigue siendo "un turismo de proximidad", como arrojan los datos relativos a las pernoctaciones, pues un 54,40 % pernocta durante el viaje y un 44,60 % no lo hace. Aunque hay un equilibrio en estos porcentajes, Acevin subraya el aumento en más de un 5 % en los turistas que pernoctan.

Tipo de alojamiento

Los alojamientos hoteleros de calidad media-alta y media, los alojamientos rurales y los apartamentos son los favoritos de los enoturistas, e incluso estos dos últimos continúan ganando peso, con un aumento del 5 %. El estudio recoge que los hoteles de 5 estrellas también han incrementado su posición en el porcentaje global con respecto a los datos del anterior. Los principales factores de atracción a una ruta del vino son sus vinos, sus bodegas y su gastronomía.

El 37,6 % de los encuestados asegura realizar el viaje motivado directamente por la cultura del vino; un 49,7 % afirma elegir una ruta del vino según su oferta gastronómica; y la compra de vino en destino ha experimentado un alza superior al 13 %.

Las conclusiones del nuevo informe reflejan que el enoturismo "sigue siendo una modalidad turística que habitualmente se realiza en pareja", ya que esta forma de viajar ha pasado de representar el 43 % al 51 %. Le siguen los viajes en grupos reducidos de amigos y los realizados en familia.

La demanda es predominantemente española y el perfil sociodemográfico del visitante muestra un cambio que ya se manifestaba en las anteriores encuestas: ahora es mayor el número de mujeres (53,60 %) que de hombres (46,40 %), aunque, en general, "podemos hablar de un equilibrio entre ambos sexos". La franja de edad predominante va de 46 a los 65 años -a diferencia del anterior encuesta, que estaba entre los 36 y 45 años- y sigue correspondiendo a personas en activo, pero sin tratarse exclusivamente de un público con alto poder adquisitivo.

Aficionados, pero no grandes entendidos

Por otra parte, muestra que "no suelen ser grandes entendidos en vino", ya que un 48,4 % se considera aficionado, un 22,8 % principiante y un 19,9 %, apasionado o entusiasta. Los resultados de este nuevo informe marcan un índice de satisfacción de 8,30 puntos sobre 10, superando al anterior, que era igualmente alto (8,22). Las visitas a bodegas, la hospitalidad y la atención al cliente, la estancia en los alojamientos, la calidad del entorno y el paisaje y la gastronomía son los aspectos más valorados.