La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló este miércoles que los equipos negociadores han logrado hacer progresos en una de las cuestiones clave aún pendientes para lograr un acuerdo pos-Brexit, la de las garantías para una competencia justa para las empresas. La pesca figura entre los asuntos más difíciles.
Von der Leyen señaló este miércoles que los equipos negociadores europeo y británico han logrado hacer progresos en una de las cuestiones clave aún pendientes para lograr un acuerdo pos-Brexit, la de las garantías para una competencia justa para las empresas de ambas partes.
“La arquitectura en la que estamos trabajando tiene dos pilares: ayudas de Estado y estándares. Hemos progresado en ayudas de Estado basándonos en principios comunes, garantías de cumplimiento a nivel doméstico y la posibilidad de aplicar remedios de forma autónoma cuando sea necesario”, apuntó Von der Leyen ante el Parlamento Europeo.
Pese a estos progresos, Von der Leyen reconoció que continúa pendiente la cuestión de cómo garantizar la libre competencia a futuro.
Von der Leyen admitió que la discusión en pesca “es todavía muy difícil”.
La alemana insistió en que Bruselas “no cuestiona la soberanía británica sobre sus propias aguas”, pero pide “predictibilidad y estabilidad” para los pescadores comunitarios.
Tres escenarios
Las negociaciones para un acuerdo que regule las relaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido continúan deshojando páginas de un calendario al que le quedan pocos días antes de que los británicos sean un país tercero desvinculado de las reglas y acuerdos comunitarios, el próximo 1 de enero.
Pese a que el camino para acercar posturas parece estrecho, las delegaciones negociadoras de Londres y Bruselas avanzan sin dejar escapar filtraciones, y con el eco de las voces insistentes desde la Eurocámara de que apuren para alcanzar el acuerdo esta semana, casi la única manera de que el texto pueda ser ratificado antes de que acabe el año.

Y mientras las conversaciones prosiguen un día más en Bruselas, la Unión Europea maneja tres escenarios para las próximas semanas, dependiendo de cómo avancen los equipos negociadores encabezados por Michel Barnier y David Frost.
-Escenario 1: Un milagro en los próximos días
El primero es el más optimista y se basa en la posibilidad de que las partes resuelvan sus diferencias “en los próximos días” y se cierre un acuerdo “relativamente pronto”, en principio la próxima semana, para que los trámites de la ratificación puedan concluirse antes del 31 de diciembre.
En la Unión Europea esto supondría que, en tiempo récord, la Comisión Europea remita el texto al Consejo, que debería concluir la revisión legal y traducción a todos los idiomas oficiales de la Unión Europea antes de enviárselo al Parlamento Europeo.
El Parlamento Europeo debe entonces convocar un pleno de dos días para anunciar la recepción del pacto y su remisión a las comisiones competentes, como la de Comercio Internacional, para que den su luz verde y lo devuelvan al pleno para su voto final al día siguiente, usando todos los procedimientos urgentes de los que disponen.
Este pleno podría celebrarse el 28 y 29 de diciembre ya que, después , el Consejo aún necesitaría un día para finalizar su adopción.
-Escenario 2: “No acuerdo” controlado
El segundo escenario parte de la base que el acuerdo no podrá ratificarse antes de final de año y, por tanto, el Reino Unido abandonará el 1 de enero las estructuras comunitarias en las que aún permanece.
No obstante, se trataría de un “no acuerdo controlado”, ya que este escenario también recoge que los negociadores sigan trabajando en el texto en las últimas semanas del año y puedan llegar a un acuerdo en los días finales de 2020.
En este escenario, una vez el texto definitivo esté acordado a nivel de negociadores se pondrían en marcha todos los trámites de la ratificación de ambas partes en los primeros días de enero con vistas a que el acuerdo entre en vigor poco tiempo después.
Ya no existen opciones legales de extender el periodo de transición por lo que un breve periodo de ‘no acuerdo’ sería inevitable en este caso.
Aunque se tratase de un “caos gestionado”, británicos y europeos percibirán por unos días las consecuencias de un Brexit duro, que con casi total seguridad colapsaría transportes y podría provocar escasez de productos en las estanterías de los comercios británicos, especialmente de alimentos perecederos.
En este escenario también se contempla una posible aplicación provisional del acuerdo a partir del 1 de enero y su posterior ratificación en el Parlamento Europeo, aunque fuentes europeas señalaron a Efe que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, no es favorable a esta posibilidad.
Escenario 3: “No acuerdo”
En el tercer escenario, los negociadores no lograrían sin un acuerdo antes de que acabe 2020 y se entraría en 2021 sin un tratado comercial ni la perspectiva de que se vaya a lograr uno en el corto plazo.
Inmediatamente se ponen en marcha los planes de contingencia que presentó la semana pasada la Comisión Europea y a los que aún deben dar el visto bueno los Estados miembros y el Parlamento Europeo, que cubren los ámbitos de la pesca y el transporte aéreo y rodado.
En cualquier caso, y aunque se llegase a este escenario, es improbable que ninguna de las dos partes escenifique un portazo definitivo a las negociaciones: la Unión Europea y el Reino Unido están condenados a entenderse y, tarde o temprano, su cercanía geográfica y profunda interdependencia les obligará a negociar su futura relación.