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La vida vinculada a la tierra y a la cereza del Jerte, en Efeagro Punto de encuentro

Publicado por: Efeagro 27 de abril de 2024

Siete mil hectáreas del extremeño Valle del Jerte amparan el histórico cultivo de la cereza y la picota que marcan su paisaje, su economía y su vida; el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida, José Antonio Tierno, comparte los retos de futuro y trucos para evitar fraudes en el súper.

"Una forma de cultivar, de vivir en el medio rural, un tipo de explotación acorde al Valle del Jerte, que se realiza desde la época de los árabes y ha acumulado saber durante siglos"; así define su mundo marcado por esta producción en el último podcast Efeagro Punto de Encuentro.

Puedes escuchar el podcast completo en Ivoox, Spreaker y Spotify.

Tira incluso de recuerdos familiares para explicar la vinculación entre el valle y las cerezas y picotas, entre el paso de las estaciones y la flor del cerezo.

"Yo nací en casa en uno de los pueblos del Valle del Jerte; desde pequeñito, mi madre en campaña me llevaba en una cesta y me tenía el verano debajo del cerezo. Toda mi vida ha sido vinculada al cultivo", cuenta.

En Extremadura, según sus datos se produce aproximadamente entre el 60 y 70 % de la cereza nacional, se cultivan unas 7.000 hectáreas, de las que 2.000 son de picota y todas ellas bajo el pliego de condiciones de la DO, que garantiza que todos los procesos se realizan dentro de la demarcación geográfica.

En la Denominación de Origen están amparadas una variedad que se recolecta con pedúnculo (Navalinda) y cuatro sin él (Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés).

El "rabito", el quid de la cuestión

Y el pendúnculo, el "rabito", es el quid de la cuestión y uno de los objetivos en el trabajo de la DO, ya que suscita confusiones: "Para no equivocarse, hay que buscar el sello de la Denominación de Origen. Así sabes que no te van a engañar y no te vas a equivocar, si solo miras que el fruto esté desrabado", insiste.

Presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, Tierno también cita como reto de su mandato "darle un nuevo enfoque más actual, porque evidentemente tenemos que evolucionar".

En la DO están seis empresas (Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte, Campo y Tierra del Jerte, CherryLand, Cooperativa del Campo de Navaconcejo, Frutas AZ y Grupo Alba Internacional), y su producción -de en torno a las 100.000 toneladas- se comercializa principalmente en España y Reino Unido, prácticamente al 50 %.

"Tenemos que diversificar mercados y llegar a otros países de la Unión Europea y extracomunitarios", explica el presidente, quien recuerda que las potencias en el hemisferio sur son Chile y Sudáfrica, y en el norte, Turquía, que produce 700.000 toneladas.

"Ahora mismo estamos inmersos en la posibilidad de modificar el pliego de la DO para que podamos acoger otras variedades", señala, tras recordar que de ese modo se podría alargar al máximo la recolección con frutas tempranas, de media estación y tardías, y jugando con la altura, pues se cultiva desde los 400 metros a los 1.300 metros y eso escalona la maduración.

A la espera de una buena campaña

La campaña de 2023 se vio muy afectada por la meteorología y de media se perdió el 50 % de la producción, aunque se admitieron frutos que otros años no se hubiera recolectado porque no hubo cereza en Francia y en Italia: "Creo que nos merecemos una buena campaña este año", señala.

Una buena campaña para mantener un modo de vida en un espacio único, algo que tiene mucha historia detrás.

"Los agricultores y el medio rural, si estamos aquí, es porque hemos ido adaptando a los cambios", asegura.

Por eso, respecto a los prejuicios y el desconocimiento sobre la agricultura considera que hay varias causas y algunas son intrínsecas: "nosotros mismos nos vendemos mal", reconoce.

En este punto, anima a "dignificar la profesión de agricultor, hacer atractivo el medio rural y esta profesión para que los jóvenes se incorporen".

Finalmente, y sobre cuál quiere que sea su "sello" en la presidencia de la DO, apunta a un fin: mantener el trabajo que llevan haciendo generaciones, que se siga cultivando y pudiendo vivir dignamente.
"Con contribuir un poquito a que eso ocurra me daré por satisfecho", concluye.

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