El trasvase Tajo-Segura ha vuelto a desatar la polémica en torno a la gestión del agua. La federación de regantes ha reiterado que es necesario sacar, de una vez por todas, la contaminación política del debate.
“Hay agua para todos“, recurso que no es propiedad del que la tenga más cerca, y hay que terminar, de una vez, “con la contaminación política del agua para conseguir votos”, ha insistido el presidente de la Federación de Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore), Andrés del Campo.
Del Campo se ha referido así a la polémica en torno al agua que ha vuelto a surgir a raíz de la propuesta de la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura.
La comisión técnica ha propuesto esta semana transferir 60 hectómetros cúbicos de agua en tres meses, tras constatar que los embalses de cabecera de Entrepeñas y Buendía superan ya el umbral mínimo que permite trasvasar recursos según la legislación vigente.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) también ha publicado (el 5 de abril) la orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y Medio Ambiente por el que autoriza transferir 60 hectómetros cúbicos de agua en tres meses, a razón de 20 mensuales, a través del acueducto Tajo-Segura.
Trasvase que da tranquilidad a los agricultores del sureste
Del Campo ha recalcado que hay un memorándum que asegura que las transferencias de agua se realizan cuando no se perjudica a la cuenca cedente, además ha hecho hincapié en que se subieron las garantías.

Ha recordado que si con anterioridad se permitía el trasvase cuando entre Buendía y Entrepeñas sumaran 240 hectómetros cúbicos, estas “garantías” subieron a un mínimo de 400 y, en la actualidad, ambos embalses están en 477.
“Hay agua disponible, la legislación lo ampara (el trasvase) y los regantes (del sureste) lo necesitan”, ha insistido Del Campo, quien ha valorado el trasvase, porque “da tranquilidad al sureste y no solo a los regantes”, en referencia a que parte del agua va para los agricultores, pero otra se destina a la población.
La falta de agua afecta al desarrollo económico
En este sentido, ha apuntado que productores de la huerta murciana, para no perder sus mercados, se han visto abocados a buscar otras zonas, con disponibilidades de agua, para plantar sus hortícolas.
En áreas extremeñas o andaluzas se han empezado a plantar cultivos típicos del Levante, como por ejemplo el brócoli, ha explicado Del Campo, porque los productores no pueden arriesgarse a perder sus clientes que, ante la falta de abastecimiento, buscan otros proveedores, con lo cual las pérdidas económicas no solo se circunscriben a una campaña.
Con ello ha querido llamar también la atención de que la falta de agua afecta a la agricultura, pero no sólo, ya que sus efectos se perciben también en la industria agroalimentaria asociada, así como en el conjunto de la economía rural.