Un bodeguero de éxito debería visitar Singapur, mercado clave para penetrar en el área "Asean". Países con alto crecimiento, clase media emergente y muchas ganas de beber vino español aunque aún no lo sepan. Singapur tendrá en 2017 la mayor concentración de millonarios del mundo.
Las bodegas españolas se han internacionalizado a pasos agigantados durante la crisis. Pero todavía pueden poner nuevas "picas" en mercados emergentes, entre los que cobra protagonismo la ciudad-Estado de Singapur, que tendrá en 2017 la mayor concentración de población millonaria del mundo.
Singapur es un enclave económico, estratégico y geográfico dentro del mercado del Sudeste Asiático que actúa como intermediario comercial y logístico en numerosas operaciones comerciales. Estas características específicas hacen que Singapur esté considerado como la principal puerta de acceso a la región, según el ICEX.
Además, Singapur está clasificada por la OCDE con un riesgo país de cero puntos, es decir, libre de riesgos políticos y económicos.
El experto en el sudeste asiático de CaixaBank, Ángel Gil, anima a todos los bodegueros españoles a viajar a Singapur para aprovechar las oportunidades que ofrece este enclave, una puerta abierta para penetrar en el área "Asean" (la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), del que forma parte, junto con Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos,
Malasia, Myanmar, Tailandia y Vietnam.
Los países del Asean suman un total de 600 millones de habitantes y han impulsado una región de libre comercio desde 2015
Estos países se abren con tratados de libre comercio que favorecerán los intercambios comerciales, aunque "la marca España no está introducida del todo", por lo que pide un esfuerzo adicional, explica el experto de Caixabank, quien matiza además que, a pesar de que muchas naciones son musulmanes, hay una gran potencial para venderles vino.
A esos destinos, suma otros de interés para el sector como India, Corea del Sur, Japón, China, Nueva Zelanda o Australia.
Crecer, diversificar, innovar....y menos granel
En líneas generales, las bodegas españolas tienen que afrontar retos para garantizar su futuro, junto con la internacionalización, como aumentar el valor del vino exportado -dependiendo menos de las ventas a granel y fortaleciendo las marcas-, e impulsar la innovación y diferenciación del producto y la dimensión o tamaño de las compañías.
Lo afirmaron los expertos reunidos en la jornada "Internacionalización del vino español: realidad y retos de futuro", organizado por el Observatorio del Mercado del Vino (OEMV), ICEX España Exportación e Inversiones, la FEV y el Magrama.
Los analistas valoran que España es el primer exportador en volumen del mundo, pero depende mucho del granel, por lo que aún hay margen para ganar valor añadido y, para ello, miran al modelo de éxito de Italia, que se enfocó en vender más envasados y espumosos, sobre todo a EEUU y Reino Unido, y menos vinos "en cisternas".
La directora de la división agroalimentaria del ICEX, Inés Menéndez de Luarca, afirmó durante su intervención que "necesitamos apasionar al cliente extranjero para que, de forma emocional, se incline por nuestros vinos. No solo hay que vender un producto, sino un concepto, una experiencia".
Gastronomía, turismo y cultura para impulsar la Marca España
"Y para ello, debemos servirnos de todos los atractivos que rodean al vino en España, como la gastronomía, el turismo o la cultura", subraya la directora.
El objetivo del sector pasa por aumentar el valor de las exportaciones y "posicionar a los vinos en los segmentos más altos de calidad", para lo que las bodegas necesitan una buena dimensión.
De hecho, sólo 93 de las casi 4.000 bodegas españolas exportadoras acaparan el 67 % de la facturación exterior, mientras que el 56 % de estas empresas venden menos de 25.000 euros cada una.
Por su parte, el director del Observatorio español del Mercado del Vino (OEMV), Rafael Del Rey, detalló que el vino a granel sumó unas ventas exteriores de 1.064,7 millones de litros en 2014, con precios bajos, sobre 0,37 euros por litro. De ellos, 500 millones de litros van a Francia, aunque también son claves destinos como Portugal, Italia, Alemania o Reino Unido.
Entre los retos de futuro, Del Rey insta a aprovechar las posibilidades de destilación, del comercio de vinagres y de mostos, para relajar el balance vitivinícola anual, potenciar las marcas con más valor, abrir mercados para el vino y fomentar el consumo interno y la venta directa ligada en muchos casos al enoturismo.
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