De Rascafría a Buitrago del Lozoya, la Comunidad de Madrid está repleta de espacios verdes en los que disfrutar de un día en contacto con la naturaleza, con la ventaja de contar con la cercanía de un pueblo al que poder acceder a cualquier servicio.
Si las vacaciones ya han pasado o, peor aún, si este año no has podido salir fuera, no te preocupes. Hacer una escapada si alejarse mucho del centro urbano. A apenas una hora en coche desde la capital, podemos perdernos en plena naturaleza y disfrutar, además, del encanto de los pueblos de la sierra madrileña.
A tan solo 75 kilómetros de la capital llegamos a Buitrago del Lozoya, una localidad rodeada de encinares, robledales y pinares, y circundada por el río Lozoya. Su cauce nos conduce hasta uno de los lugares con mayor encanto de este pueblo serrano: el Puente Viejo, una construcción del siglo XV y estilo mudéjar.

El encanto medieval de Buitrago sirve de excusa para animarse a hacer una ruta por los alrededores. El Cerro de las Cinco Villas, la Espadaña de la Trinidad y la Senda de Gariñas son algunos de los recorridos que se pueden hacer y cuyo trazado se puede consultar en este tríptico.
Para conocer el paisaje a fondo, es posible unirse a algunas de las visitas guiadas que organiza el ayuntamiento o bien disfrutar de una ruta a caballo con salida del Centro Hípico del municipio.
Muy cerca del pueblo encontramos el embalse de Riosequillo, una de las piscinas naturales más grandes de la región, que cuenta con zonas verdes, caminos peatonales e instalaciones para disfrutar de deportes como el ciclismo, el piragüismo o el tiro con arco.
Es fácil encontrar alojamientos y restaurantes en la localidad, y durante el verano las terrazas son las protagonistas de las veladas gastronómicas. Para pasar la noche, se puede recurrir a alojamientos sencillos y a buen precio, así como a casas rurales en las que disfrutar por unas días de la tranquilidad del campo.
Camino a Rascafría
Siguiendo el camino por la A-1, llegamos hasta Rascafría, una de las localidades de alta montaña más turísticas de Madrid. Situada en plena Sierra de Guadarrama, a lo alto del Valle del Lozoya, se encuentra en un entorno natural único: el recientemente declarado Parque Nacional de Peñalara.
El parque se sitúa a una altura de entre entre 1.640 y 2.428 metros sobre el nivel del mar y ofrece al visitante 714 hectáreas de espacio protegido. Entre los elementos naturales más destacados, un conjunto geomorfológico de origen glaciar que comenzó a formarse hace unos 18.000 años, cuando hielos de hasta 300 metros de espesor cubrían esta zona.

Doscientas especies diferentes de líquenes, diez de anfibios (lo que convierte este entorno en una de las zonas de alta montaña más ricas en anfibios de Europa) y 97 tipos de aves (79 de ellas, protegidas) constituyen, junto al resto de especies de fauna y flora, una riqueza de hábitats sorprendente.
Existen diversas rutas de senderismo para visitar el Parque, aunque para sentirse plenamente inmerso en la montaña también es posible seguir una de las 150 vías de escalada trazadas en la zona.
Lo que está claro es que, concluido el paseo, no hay que dejarse vencer por el cansancio y aprovechar para visitar el Monasterio del Paular, fundado en el siglo XIV y aún hoy habitado por una pequeña comunidad de monjes.
El monasterio cuenta con hospedería propia que, desde 2011, aloja también a mujeres. Para poder imbuirse del día a día de la vida en un convento, se recomienda que la estancia sea al menos de tres días y de diez días como máximo.