EME Catedral Hotel es un establecimiento boutique fruto de la rehabilitación de 14 casas del siglo XVI. Se encuentra en pleno centro histórico de la capital hispalense y, por ello, permite ensimismarse con la vista a la catedral y a la Torre de la Giralda desde la terraza y algunas de sus 60 habitaciones.
Pero no sólo los huéspedes pueden admirar este paisaje. La terraza EME Bar, abierta los 365 días del año, desde las cuatro de la tarde a la una de la madrugada, permite disfrutar de tardes de primavera y de las noches veraniegas, con amigos, música y cuidados cócteles.
Cuenta con una piscina para refrescarse. El lobby del hotel, reconvertido en “Santo Copas” para el afterwork sevillano, es otro de los lugares insólitos del inmueble, como el patio de los naranjos, o el restaurante Ostia Antica, con las mejores propuestas de la cocina italiana trasalpina.
El interiorismo del hotel también deja su huella, por su carácter íntimo y sus equipamientos de lujo, en los que se combinan materiales como la piedra, la madera natural o el hierro con artesanías de Sevilla.
Una de las protagonistas, como no podía ser menos en la capital andaluza, la luz natural, gracias a la celosía inspirada en la lacería islámica que ocupa toda la fachada del patio y crea un juego de sombras en el interior.
Para hallar el relax completo, el spa del hotel, con sus servicios de masajes, cuidados faciales y corporales, alta cosmética natural, tratamientos termales, terapias orientales y rutinas de cosmética avanzada.
Y para seguir con la tranquilidad un paseo primaveral por las calles del centro puede resultar de lo más relajante. Siempre es un buen momento para viajar a Sevilla, pero es en primavera, con el peculiar olor a azahar que desprenden las calles, cuando la ciudad se convierte en un destino imprescindible, con citas con renombre internacional como su Semana Santa o la Feria de Abril, que comenzará en unos días.