Casals presentando "El Mundo sobre ruedas". EFE/Acero.

Casals presentando "El Mundo sobre ruedas". EFE/Acero.

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Albert Casals, un adolescente que viaja en silla de ruedas

Publicado por: CARMEN DE ÁGUEDA 29 de mayo de 2013

Con cinco años ya tenía claro que de mayor quería viajar. La leucemia se cruzó en su camino y el tratamiento afectó sus piernas. Sin embargo, Albert Casals, lejos de reunciar a sus sueños, adoptó una silla de ruedas como compañera de viaje y ni siquiera esperó a hacerse mayor para convertirse en un experto viajero. A los 14 años comenzó su aventura.

“Cada vez me cuesta más encontrarle las desventajas. He hecho escalada, me he desplazado sobre nieve, por el desierto… es verdad que si tienes prisa es un factor importante, pero a cambio te permite llevar más peso”, comenta Casals en una entrevista a Efetur en la que se ha mostrado abierto y con una actitud positiva completamente contagiosa. “Las dificultades han venido siempre por lo que es viajar en sí. Por ejemplo, al principio, al ser tan joven, a veces me paraba la policía para saber si me había escapado de casa”.

“He hecho escalada, me he desplazado sobre nieve, por el desierto…”

Para Casals, un viajero que emprende sus trayectos sin rumbo fijo, sin dinero y haciendo uso del autostop como medio de transporte, el hecho de viajar en silla de ruedas, le ha llegado a beneficiar. “La silla elimina mucho el miedo que suele tener la gente ante un desconocido y ayuda a que te traten como realmente te quieren tratar, que es bien”, comenta Casals, quien opina que “todas las personas son buenas y son malas a la vez” y que tu concepción de ellas “depende de con qué lado te encuentres”. Y la silla, en este caso, es un medio para conectar con el lado bueno de la gente.

“Al principio, al ser tan joven, a veces me paraba la policía para saber si me había escapado de casa”

Con catorce años hizo su primer gran viaje en compañía de su padre, que le ayudó a “aprender lo básico” para manejarse, y con sólo 15 se aventuró a viajar en solitario a Italia y Grecia. Como las cosas fueron bien, nada se le ha resistido desde entonces: Tailandia, Malasia y Singapur, por citar algunos del medio centenar de países que ha visitado en estos años, le han ofrecido experiencias que ha compartido en los libros “El món sobre rodes” (Edicions 62, 2009) -en castellano “El Mundo sobre ruedas” (Martínez Roca, 2011)- y “Sense fronteres” (Edicións 62, 2011) -también en castellano, “Sin fronteras” (Martínez Roca, 2012)-.

Albert Casals durante la presentación de su libro. EFE/Acero.
Albert Casals durante la presentación de su libro. EFE/Acero.

Aunque suene contradictorio, Casals defiende que es “necesario viajar sin dinero para disfrutar realmente de los viajes”, al menos como él los concibe. “Te permite disfrutar de las cosas buenas. Sólo cuando está lloviendo y encuentras a alguien que te aloja en su casa para que pases allí la noche, puedes apreciar realmente lo que es dormir sin mojarte”.

Además, sin dinero, evita problemas habituales como los robos. “Si llevas una cámara, cualquiera te la puede quitar, pero si no llevas nada…”. Aún así, Casals cuenta con un kit de viaje básico en el que suele incluir un saco de dormir, algún libro, ciertos medicamentos y cepillo de dientes.

 “Si llevas una cámara, cualquiera te la puede quitar, pero si no llevas nada…”

De la comida, ni se preocupa. “Reciclo comida“, nos cuenta y nos habla de la cantidad de alimentos que se desperdician a diario en las grandes ciudades. “En cualquier ciudad, en diez minutos, puedes encontrar comida si buscas a la hora adecuada”, comenta en referencia a los alimentos de restaurantes y tiendas de perecederos que se deben de renovar a diario y que, si nadie los reclama, como es el caso de Casals, acaban en la basura.

El reciclaje de comida es sólo una alternativa ya que, durante los viajes, Casals suele encontrar gente que le invita a comer, una excusa que le ha permitido hacer “miles de amigos“, algunos de los cuales aún conserva y con los que mantiene el contacto.

“En cualquier ciudad, en diez minutos, puedes encontrar comida si buscas a la hora adecuada”

Para que este estilo de viaje funcione, uno no puede imponerse destinos cerrados. “Lo peor de todo sería tener que llegar a un sitio concreto en una fecha concreta“, indica. Sin embargo, cree que todo es posible, “sería más fácil conseguirlo si estás por Europa”, aunque no vaya con él marcarse este tipo de objetivos.

Casals acaba de volver de Escocia y ya está pensando en embarcarse en un gran viaje. En esta ocasión saldrá acompañado de unos amigos y en autocaravana, rumbo al este. Pero aún no sabe cuánto tiempo viajará con ellos ni en qué países acabará. “India, Corea, Japón… nunca se sabe, sólo sé que voy hacia el este“.

Secciones : Turismo Viajero