El lechazo, un manjar en muchos apuros por las restricciones que nos ha traído la covid-19, se deshace en la boca y enloquece al paladar después de cocinarse al horno de leña, a poder ser calentado con brasas de encina.
El lechazo, un manjar en muchos apuros por las restricciones que nos ha traído la covid-19, se deshace en la boca y enloquece al paladar después de cocinarse al horno de leña, a poder ser calentado con brasas de encina.