Coca-Cola European Partners (CCEP), el mayor embotellador mundial de la multinacional, cerró el ejercicio 2019 con 1.090 millones de euros de beneficio neto, lo que supone un incremento del 20 % respecto al año anterior.
Según el informe anual de resultados de la compañía, divulgado este jueves, la facturación del grupo creció un 4,5 %, hasta los 12.017 millones de euros, por encima del aumento de sus ventas en volumen, que cifra en el 1 %, hasta los 2.521 millones de cajas.
Sus responsables han detallado que las ganancias crecen por encima de las ventas en volumen debido a una mayor rentabilidad de algunos de sus productos, como las latas más pequeñas lanzadas recientemente, con menos de 330 mililitros.
El mercado ibérico (formado por España, Portugal y Andorra) fue la región que lideró el capítulo de ingresos con 2.784 millones de euros, también un 4,5 % más que en 2018.
La mejora de las condiciones climatológicas a lo largo del año y el “fuerte crecimiento” registrado en el sector de la hostelería se encuentran entre los factores que más influyeron en esta subida. Por marcas, Coca-Cola, Monster, Aquarius y Appletiser encabezaron las ventas, “parcialmente contrarrestadas por la caída” de su enseña de agua mineral Aquabona, debido a su nueva estrategia de precios.
Por detrás se situaron el norte de Europa (2.492 millones), Alemania (2.432 millones), Reino Unido (2.412 millones) y Francia (1.897 millones).
Baja la Coca-Cola clásica en Europa
Según sus datos, las ventas en Europa de la versión clásica de Coca-Cola descendieron un 1 %, en contraste con la subida del 5,5 % de las versiones “light”, entre ellas la Zero, que se disparó un 13 %.
Además, los responsables de CCEP han destacado la apuesta por llevar el refresco Appletiser desde Canarias a la España peninsular y a Reino Unido, con un alza de las ventas del 53,5 % sólo en Iberia. También en España, su marca de refrescos Royal Bliss, centrada en el ámbito de la hostelería, ha repuntado un 15,5 % a lo largo del ejercicio.

El resultado bruto de explotación (Ebitda) de CCEP mejoró el año pasado un 9,5 %, hasta los 2.277 millones de euros, y su deuda neta fue de 6.111 millones de euros al cierre, lo que equivale a un +14,5 %. La compañía ha precisado, por otra parte, que repartirá un dividendo total de 1,24 euros por acción (un 17 % superior al de 2018).
De cara a 2020, la previsión de CCEP -creada en 2016 tras la integración de varios embotelladores europeos, entre ellos Coca-Cola Iberian Partners- es que su facturación se eleve entre el 1 y el 3 %.
La firma presidida por la española Sol Daurella ha subrayado en su informe que acabó 2019 con un uso del 30 % de PET reciclado en sus productos; el objetivo es alcanzar el 40 % en 2020 y el 50 % en 2023.
El consejero delegado de CCEP, Damian Gammell, se ha mostrado satisfecho con los resultados del último ejercicio y ha resaltado que han ganado cuota de mercado en todos los países donde operan.
Con cerca de 23.500 personas en plantilla, Gammell ha incidido en la apuesta por la sostenibilidad de Coca-Cola, y en este sentido ha recalcado los progresos ya conseguidos para reducir el consumo de agua y las emisiones de dióxido de carbono, además de renovar sus envases con un uso cada vez mayor de PET reciclado.