ontra pronóstico, el precio medio de la libra del grano según el indicador de la Organización Internacional del Café (OIC), con sede en Londres, aumentó en enero un 3,9 % hasta 1,10 dólares, su nivel más alto en cuatro meses.

Más espectacular fue la subida del 22 % de la clase arábica, la más preciada y que hasta hace poco experimentó una devaluación frente al tipo robusta, más económico y en alta demanda por los fabricantes de café soluble.

"El aumento de enero ha sido inesperado y es una buena noticia para los pequeños caficultores, que viven pendientes del precio del café para intentar rentabilizar sus cultivos", declara a Efe el jefe de operaciones de la OIC, el colombiano Mauricio Galindo.

El incremento de los precios se explica principalmente, apunta, por la sequía que vive Brasil, el mayor exportador del mundo, que se prevé que afecte a su producción para este año cafetero 2013-14, que termina el próximo octubre.

Cabe esperar que el país latinoamericano tenga que reducir su previsión de exportaciones para el presente ejercicio, estimada en 49,1 millones de sacas.

Con menos café brasileño en el mercado -y la perspectiva de que su aportación siga bajando, por la tendencia a un clima más seco-, los precios del grano subieron este enero en los mercados de materias primas.

No obstante, se espera que pronto toquen su pico, pues el mercado está bien abastecido y los pronósticos meteorológicos predicen lluvias para Brasil en primavera.

Galindo advierte de que, aunque esta revalorización puntual es muy positiva para los productores y podría incluso durar algunas semanas, "el precio del café sigue siendo muy bajo en términos históricos".

"Por debajo de 1,5 dólares la libra, un pequeño productor en Colombia tiene pérdidas", señala el experto, quien subraya la amenaza que los bajos precios suponen para la subsistencia de los pequeños agricultores.

El precio del café se redujo un 23 % el año pasado, por tercero consecutivo, lo que ha condenado a la desaparición a los productores más desprotegidos mientras que los que quedan han tendido a invertir menos, por el miedo a no poder rentabilizar sus cosechas.

"La incertidumbre ha hecho desaparecer casi completamente el café de países, sobre todo africanos, que antes eran grandes productores, como Costa de Marfil", observa Galindo.

En el caso de Brasil, la principal potencia cafetera, por el cambio climático y menor inversión "es difícil que veamos nunca más los niveles de productividad que tuvo el país en 2003-04", sostiene el jefe de operaciones de la OIC, lo que tendrá efectos en el mercado a largo plazo.

Pese a la probable reducción de la aportación de Brasil este año y en el futuro, no se prevé por el momento un déficit de suministro en el mercado decafé, pues se considera suficiente el volumen de reservas y hay equilibrio entre la oferta y la demanda.

Así, para el ejercicio 2013-14 se augura una producción de 150.465 kilos, frente a un consumo de 144.423 kilos, según el departamento de agricultura de Estados Unidos.

No obstante, aunque para los próximos dos años se prevé que se mantenga ese "pequeño exceso", la tendencia puede cambiar y no se descarta un déficit de suministro en 2015-16, precisamente porque los precios bajos habrán desincentivado a algunos productores o habrán llevado a reducir la inversión, al tiempo que seguirá creciendo la demanda, apunta el colombiano.

Un evento positivo en el mercado del café es la proliferación de cafeterías en los países desarrollados que ofrecen cafés especiales, lo que, aunque es un mercado "minoritario", contribuye a hacer publicidad al producto.

Estas tiendas se nutren del tipo arábica, cuyo precio se disparó en enero pero que corre el riesgo de volver a caer si se encarece demasiado frente al robusta, lo que haría que los mezcladores y tostadores pudieran decantarse por la variedad más barata. EFEAGRO