Complicaciones por las reglas pesqueras. España expondrá al Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) su preocupación por una normativa que, si se aplica en 2019, podría reducir muchos meses la actividad de buques como, por ejemplo, los que extraen merluza.
El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha manifestado que las nuevas reglas de la Política Pesquera Comunitaria (PPC) podrían provocar “problemas” para sus barcos. Representantes de los Gobiernos y el sector de España y de Holanda han expresado -durante un- su preocupación sobre la extensión, entre 2017 y 2019, de las actuales reglas comunitarias para eliminar los descartes (capturas no deseadas de peces que después, muertos, son arrojados al mar).
La normativa, que ya se aplica para algunas especies, consiste en obligar a los buques a descargar todas sus capturas en los puertos, y en 2019 entrará en vigor para todos los caladeros.
Pero el secretario general de Pesca, Andrés Hermida, ha alertado de que muchos países están comprobando que las obligaciones podrían llevar a muchos barcos a “cerrar” su pesca y volver a puerto en el primer trimestre del año, con las consiguientes repercusiones sociales y económicas.
España expondrá esta preocupación el próximo lunes en el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca en Bruselas.
Especies de “estrangulamiento”
El problema está, según el Ministerio, en las llamadas “especies de estrangulamiento”; es decir, tipos de pescado para los que un barco no tiene cuota, pero caen en sus redes junto con las capturas de la especie principal a la que dicha embarcación se dedica.
Por ejemplo, ha apuntado Hermida, para la flota española interesada en la merluza, el bacalao sería la “especie de estrangulamiento”.

Esto significa que si se computan las capturas de bacalao que dicho barco ha extraído de forma accesoria, se daría el caso de que el buque “agote” la cuota bacaladera y tenga que volver a puerto, aunque disponga aún de mucho cupo de merluza.
A los pescadores de otros países noroccidentales les ocurre a la inversa: se dedican al bacalao y la merluza es su “especie de estrangulamiento”.
Por este motivo, la ministra española de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, solicitará el próximo lunes “flexibilidad” a la Comisión Europea en el Consejo.
Representantes del Ministerio han expuesto que existen soluciones contra lo que podría ser una “tormenta perfecta” para la flota, según el subdirector de Caladero Nacional y Aguas Comunitarias de la Secretaría General de Pesca, Ramón de la Figuera.
“Tenemos dos años (hasta 2019) y las excepciones (previstas en las normas contra los descartes) no son suficientes”, ha añadido De la Figuera.
Ha planteado que una opción sería más flexibilidad en los intercambios de cuotas entre especies, pero es difícil porque “nadie quiere perder cupo” de su recurso principal y, además, es complicado “convertir merluzas en caballas”, en referencia a que cada pescado tiene su precio, que también varía según el país.
España defenderá una simplificación de las normas e ideas como una ampliación del cupo para esas especies secundarias, con el fin de que no provoquen el “estrangulamiento”.
Aguas profundas
El Consejo de Pesca de la UE negociará el próximo lunes los Totales Admisibles de Capturas (TAC) para las especies de aguas profundas en aguas del Atlántico.
España solicitará que se moderen “al mínimo” los recortes de capturas del besugo (voraz) del Golfo de Cádiz o del Cantábrico, según ha declarado esta semana Hermida. Argumentará el impacto socio-económico de esas rebajas.
Los ministros negociarán los TAC para 2017 y 2018 de especies como la brótola de fango, el sable negro o el alfonsino.