La edad, con planificación y precaución, no es un impedimento para viajar. Ni para el turista, ni para el medio de transporte si se organiza bien. Es el caso de una pareja de jubilados holandeses lleva recorriendo el mundo desde 2012 a bordo de su Ford T, un modelo que tiene a sus espaldas 100 años de antigüedad.
Los Regter comenzaron su viaje en verano de 2012. El matrimonio recorrió 22.000 kilómetros en 180 días durante la primera etapa del viaje, que les llevó desde su hogar, en la localidad holandesa de Edam hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.
En 2013, la pareja cruzó Estados Unidos y Canadá, recorriendo 22 estados y 28.000 kilómetros durante 180 días de viaje. En 2014 cubrieron otros 26.000 kilómetros a través de Sudamérica en otros 180 días.
Hasta el momento, la intrépida pareja ha recorrido casi 80.000 kilómetros visitando y apoyando diversos proyectos impulsados por la organización internacional de ayuda infantil SOS-Children’s Villages.
Nueva Zelanda, Australia, Indonesia… a bordo de un Ford T
Durante 2016 y 2017 planean seguir su viaje a través de Nueva Zelanda, Australia, Indonesia e India, cruzando el Himalaya hasta China, a través de Mongolia y de vuelta a Holanda atravesando Europa Central.
Los Regter son propietarios del Ford T de 1915 desde el año 1997, según explica la compañía automovilística.
Con anterioridad, Dirk fue propietario de un Ford T de 1923 y de un Ford Modelo A de 1928. Su pasión por los vehículos Ford de época le viene de su padre y su abuelo.

Ford construyó 15 millones de unidades del Modelo T entre 1908 y 1927. La producción arrancó en EE.UU pero pronto se expandió por todo el mundo, incluyendo plantas de fabricación en Dinamarca, Alemania, Irlanda, España y Reino Unido.
El Ford T de los Regter cuenta con un motor de gasolina 3.0 litros y las mismas especificaciones que cuando salió de la fábrica en 1915, además de neumáticos más grandes para las llantas con radios de madera, que hacen que el viaje sea más suave y soportable en recorridos largos.
Un juego de neumáticos puede durar unos 15.000 kilómetros en carreteras normales, pero muchas aguantan menos en algunos de los caminos sin asfaltar que han recorrido los Regter en su viaje de turismo por regiones como África y Sudamérica.
Respecto a las diferentes visicitudes que han sufrido en su largo viaje, han destacado dos anécdotas: la soldadura de una rueda delantera en África por el herrero local y el regalo de una de repuesto de un granjero en la frontera entre Sudáfrica y Botsuana.