CASA Y HOTELES RURALES

Hotel Echaurren, tradición y modernidad en armonía con su entorno

Publicado por: EFETUR 20 de diciembre de 2012

Una estancia tranquila y agradable en un espacio que combina cocina tradicional y vanguardia culinaria. Es la apuesta del hotel gastronómico Echaurren.

El Hotel Echaurren es una antigua casa de postas reconvertida en un coqueto hotel rural que busca la armonía con el entorno en el que se ubica: Ezcaray, un pueblo medieval rodeado de bosque y montaña en la zona más alta de La Rioja.

Al frente de este hotel y de los dos restaurantes que alberga –Echaurren y El Portal de Echaurren- está el chef Francis Paniego –Premio Nacional de Gastronomía-, quien, junto con su hermano José Félix, representa la quinta generación de la familia que lo regenta desde el siglo XIX.

“Todo empezó con el tío Pedrito y la tía Andrea, que ante la inminente llegada del ferrocarril a Ezcaray, tuvieron la visión de convertir lo que era una parada de diligencias y transformaron las cuadras de caballos en un hotelito que ha pasado de padres a hijos hasta hoy”, narra Paniego a Efetur.

Sin embargo, en pleno siglo XXI y tras haber sufrido varias reformas, poco queda de aquel hotelito. La última de ellas, acometida por el estudio de arquitectura Picado de Blas, culminó hace poco más de un año y ha dado al hotel, que cuenta con 21 habitaciones dobles y 4 suites juniors, un aspecto moderno y funcional

Con un estilo sencillo y minimalista -líneas limpias, formas redondeadas, colores puros y materiales ecológicos- el hotel busca la armonía con el entorno natural en el que se ubica para ceder todo el protagonismo a las vistas que rodean el hotel, que mira a la iglesia Santa María la Mayor. Esta obra de los siglos XII y XIV, monumento artístico nacional, posee un estilo gótico único en La Rioja.

Tradición renovada

El propio Paniego admite que sus padres, Marisa y Félix, fueron los verdaderos impulsores de este hotel. Ellos lo reformaron en el año 1988, pero después de 22 años, sus hijos consideraron que el negocio familiar necesitaba “un traje nuevo”, un concepto más contemporáneo.

“Se ha hecho un proyecto absolutamente sostenible con maderas puras, materiales biodegradables y un tratamiento energético de bajo consumo que busca un impacto cero”, explica.

Pero, al mismo tiempo, buscaban que la remodelación mantuviera todo el sabor de antaño y no perdiera la esencia de lo que fue. Con un respeto absoluto hacia el legado familiar, los hermanos Paniego decidieron mantener las telas que forran las paredes o la chimenea que daba calor al salón del hotel, reconvertido ahora en un espacio abierto al público en el que tomar una copa o disfrutar de una cena informal.

En definitiva, una estancia en un hotel rural con todos los lujos del siglo XXI, que no ha perdido la atmósfera cálida y hogareña que lo envolvía en el pasado.

 

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