Sobre el el vasto campo manchego se eleva el nuevo Hotel La Caminera Club de Campo, ubicado en el término municipal de Torrenueva (Ciudad Real), a poco más de 15 kilómetros de Valdepeñas. Una privilegiada atalaya desde la que se divisan los olivares y las tierras de labranza, regalando a sus huéspedes una postal cromática propia de los paisajes cervantinos.

Este antiguo cortijo se ha reformado para convertirse en un cinco estrellas orientado al descanso y a la práctica de actividades que se plantean en esta finca con más de 1.000 hectáreas de superficie.

Sus atractivos

El edificio, decorado con piezas modernas, curiosas antigüedades y referencias al entorno, está estructurado en cuatro torres conectadas por un patio central porticado, con una fuente y detalles de forja. En la planta superior se reparten 61 habitaciones -de entre 32 y 82 metros cuadrados de superficie- con vistas a los alrededores. Entre las prestaciones que ofrecen están las camas king size, televisión de gran formato, bañera de hidromasaje, amenities, vestidor o jacuzzi doble.

Los sabores toman forma en el restaurante Retama, dirigido por el chef Javier Aranda, que homenajea a la cocina manchega y al producto de la tierra. Entre las especialidades de este espacio gastronómico destaca el cremoso de sopa de ajo con sacramentos; la pipirrana con bacalao y jugos asados; la perdiz frita del revés con estragón y curry de mejillón; o el lomo de ciervo, coliflor y raíz de loto.

Estas propuestas, que se sirven en el comedor minimalista, se pueden disfrutar en dos menús degustación: Tradición by Javier Aranda -con un precio de 55 euros por persona- y Retama by Javier Aranda -85 euros por persona-.

Junto a Retama, se ofrece una segunda alternativa gastronómica: el Prado Lounge Restaurant, con una carta más informal y con guiños al recetario de temporada. Es el rincón perfecto en el que degustar empanadillas de guiso de carcamusas, ensalada de perdiz escabechada, steak tartar, rablé de cordero al kamado o tarta de queso manchego, entre otras cosas.

Ambos espacios se nutren de una bodega subterránea con más de 200 referencias de todo el mundo, con especial protagonismo de los vinos de las D.O. de Castilla-La Mancha.

Una escapada de bienestar

Para el cuidado de sus clientes, el hotel ofrece el Elaiwa Spa by L’Occitane, un espacio de 800 metros cuadrados que incluye sauna finlandesa, baño de vapor, cromoterapia, duchas por intensidades, pediluvio, fuente de hielo y tumbonas de contraste térmico. También cuenta con cinco cabinas de tratamientos, algunos de los cuales se realizan con aceites de oliva cosechados en la propia finca.

Sala del Hotel La Caminera Club de Campo, Torrenueva (Ciudad Real). Foto: Cedida por el hotel

Los aficionados al golf encontrarán aquí una gran alternativa vacacional. Y es que La Caminera cuenta con un campo de golf profesional con un recorrido de 18 hoyos par 72 que presenta "un trazado divertido, estimulante y ondulado, adaptado al entorno natural", según explican desde el establecimiento. También hay espacio para un campo de Pitch & Putt de 18 hoyos rodeado de olivos, servicio de alquiler de material y tienda especializada.

Y para los amantes de la cinegética, un pabellón de caza independiente, una sala exclusiva para cazadores con vestuarios, mesa y chimenea, un espacio para el mantenimiento de las armas y salida directa al coto, donde es posible practicar la caza menor.

Las instalaciones de este cinco estrellas se completan con una piscina exterior de 300 metros cuadrados, solárium y área lounge con vistas, dos pistas de pádel, salas de reuniones, sala fitness abierta 24 horas, sala de lectura y ludoteca infantil, así como salones y terrazas aptos para eventos. Además, el hotel está dotado de un aeródromo propio con hangar, que permite el aterrizaje de todo tipo de jets privados.

Para completar la experiencia, el entorno invita a disfrutar de actividades al aire libre como vuelos en globo, picnics en la naturaleza, jornadas de avistamiento de aves, barranquismo, escalada, paseos a caballo o en bicicleta, piragüismo en los embalses cercanos, o visitas a queserías y bodegas de la zona.