Este archipiélago del más lejano Oriente es una sorpresa continua. Un misterio que se va revelando poco a poco. Es un cúmulo de tradiciones ancestrales vivas en la sociedad actual. Y es una sociedad tecnológica, consumista, a la última, en la que se gestan las modas más vanguardistas que siguen religiosamente los jóvenes japoneses y, después, los del resto del mundo. Japón es diferente. Impactante.
Ahora, telefilmes y grandes cintas de Hollywood, reportajes, vídeos y redes sociales nos presentan un Japón ultramoderno, absolutamente tecnologico e informatizado, con una juventud sometida a las dictaduras de las modas y dominada por el "mundo manga".
¿Cuál es el Japón real? Pues uno y otro. Porque guarda mucho de lo que fue y sus castillos, palacios, templos y santuarios son reflejo de una historia de señores feudales en permanente guerra por el poder en un mundo de traiciones y venganzas que, al mismo tiempo, buscaban la paz y la tranquilidad.
El tradicional carácter japonés, su ceremoniosa cortesía, su amabilidad, su urbanidad... permanecen intactos y, cuando aterrice en Japón, se irá tropezando con ellos a cada paso: en la limpieza impoluta de las calles, en la ligera reverencia que acompaña al saludo, en el impoluto vestir de los taxistas (traje, corbata... incluso guantes).
Y muchos de los símbolos japoneses de la Edad Media continúan presentes en la sociedad actual, con un papel importante. Son los templos y santuarios, sean budistas o sintoístas (o sincréticos) en los que los monjes, los jardines, los aromas... desplazan a otro tiempo; y son las gheisas, esas mujeres rodeadas de un halo de misterio que son el vivo ejemplo de que el Japón feudal existe en el siglo XXI.
Y todo ello sucede en ciudades plenamente vanguardistas, de amplias avenidas habitadas por los escaparates de las grandes firmas de la moda internacional, con altos edificios invadidos por los anuncios de neón, con los trenes más rápidos y modernos imaginables.
Llegar a Japón es fácil y cómodo aunque, eso sí, supone unas horas. No hay vuelos directos desde España, pero sí muchas opciones diferentes con una sóla escala, algunas con muy poca espera. En la agencia de viajes nos orientan sobre el mejor precio y mejor opción para cada fecha.
Tradicionales posadas japonesas conviven con los mejores hoteles de las cadenas internacionales y los restaurantes de comida típica con el mejor shushi y el mejor sashimi componen, junto con los que ofrecen cocina internacional, una oferta gastronómica no solo de gran nivel, sino además, variada y de calidad.
Todo esto y mucho más encontramos en ciudades como Osaka, Kyoto y Tokio. Descubrirlas es una aventura.
