Familias enteras del pueblo de Artenara, a 1.200 metros de altura, siguen viviendo a día de hoy en casas cueva, prolongando una costumbre que hunde sus raíces en la cultura Amazigh (bereber) a la que la Unesco acaba de rendir homenaje al catalogar como Patrimonio de la Humanidad las “Montañas Sagradas de Gran Canaria”, un paisaje de 18.000 hectáreas que abarca toda la Caldera de Tejeda.