El acuerdo en Bruselas sobre las capturas de especies de aguas profundas marca el inicio de una semana de citas decisivas para la pesca. Hoy empieza en Nuakchot una reunión para revisar el acuerdo entre la Unión Europea (UE) y Mauritania. En Portugal, negociaciones sobre el atún rojo y el pez espada.
Los ministros de Pesca de la UE han alcanzado un acuerdo sobre los Totales Admisibles de Capturas (TAC) de peces de aguas profundas en el Atlántico para 2017 y 2018, entre ellos el besugo, la brótola y el ganadero.
El acuerdo recorta un 10 % la cuota del besugo en las zonas VI, VII y VIII, que incluye el Golfo de Vizcaya, mientras que para la zona IX (sur de Galicia, Portugal y Golfo de Cádiz) la bajada será del 5 % en 2017 y en 2018. El pacto modera las propuestas de la Comisión Europea (CE) , que planteaban una disminución del 20 % y del 13 % o 14 % respectivamente.
Los ministros también han moderado casi a la mitad (del 20 % al 11 %) el recorte en las cuotas planteado por Bruselas para la brótola de fango en todos los caladeros.
En el caso del sable negro en aguas en las que faena la flota española, la disminución de la cuota quedó finalmente en el 10 % (frente al 14 % y 15 % propuesto inicialmente).
No hubo cambios en el caso del alfonsino, para el que finalmente se mantuvo la reducción del 5 % en 2017, y el mantenimiento de esa cuota para 2018.
También se siguió finalmente el recorte de cuotas planteado para el granadero, del 20 % en 2017 y 2018 en las aguas de la zona VIII, mientras que en zonas VI y VII el recorte será del 25 % para 2017, y del 2 % para 2018.
Mauritania
Por otro lado, representantes de la UE y Mauritania celebrarán desde hoy hasta el jueves, en Nuakchot, una comisión mixta para examinar el acuerdo pesquero y las dificultades para los barcos que faenan en las aguas del país africano, entre ellos los españoles.
Se trata del mayor protocolo pesquero de la UE desde el punto de vista económico, ofrece licencias para unos 50 barcos españoles y tiene interés para Andalucía, Galicia y Canarias.
Entre las demandas de los pescadores españoles destaca la vuelta al caladero mauritano de los buques cefalopoderos (dedicados al pulpo o calamar), que ahora están excluidos del acuerdo. En ese sentido, la Confederación Española de Pesca (Cepesca), ha defendido que la flota demanda crear una categoría de pesca de “arrastreros congeladores de especies demersales” para posibilitar el retorno a Mauritania de las dichas embarcaciones.
Otra reivindicación es el desembarco temporal de capturas procedentes de aguas mauritanas en Las Palmas, a cambio de un proyecto, en el que participan empresarios canarios y del país magrebí, para construir un muelle en el puerto de Nuadibú. Para los marisqueros (andaluces), los armadores reclaman la recuperación de zonas de pesca ahora prohibidas.
Reunión sobre atunes en Portugal
Entre tanto, los 50 socios de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Cicaa o Iccat) han empezado en Vilamoura (Portugal) una asamblea para negociar la pesca del atún rojo, del pez espada y del bonito del norte en 2017. La reunión durará hasta el día 21.

En el caso del atún rojo, la negociación tiene como punto de partida un incremento de cuotas acordado ya para 2017, del 20 %, pero el Gobierno español y el sector defienden que se puede ir más allá y subirlas aún más.
España es el país europeo que más atún rojo extrae, con 3.534,43 toneladas en 2016. Si aplican los incrementos ya previstos, el TAC de atún rojo pasará a las 23.155 toneladas en 2017. España ha solicitado un TAC de 30.000 toneladas.
Por lo contrario, Iccat deberá decidir el futuro de una pesquería en una situación crítica, el pez espada del Mediterráneo y de hecho, organizaciones ecologistas como Oceana y WWF se centran en la demanda de un plan urgente para recobrar sus existencias. La flota también ha reconocido la necesidad de medidas de de recuperación.
Además, en la agenda figuran los tiburones; los armadores, WWF y una coalición de ONG -entre ellas Shark Trust- han reivindicado que se extienda a todos los países la obligación que tienen los barcos de la UE de descargar los escualos con las aletas adheridas al cuerpo, para evitar arrojar su cuerpo al mar.