El declive de polinizadores silvestres, especialmente abejas y mariposas, obliga a tomar medidas que pasan por la reducción del impacto de fitosanitarios o la recuperación de hábitats ante su trascendencia en la agricultura y en la seguridad alimentaria.
Los datos los recoge un informe, el primero de este tipo que se elabora en Cataluña, que se ha presentado este jueves en Albons (Girona), concebido para impulsar un plan estratégico de actuación.
El estudio, presentado por el director general de Políticas Ambientales y Medio Natural de la Generalitat, Marc Vilahur, analiza las amenazas y ámbitos prioritarios de actuación para la conservación de los insectos polinizadores.
Se constata que, en Cataluña y en todo el mundo, ha habido declives importantes en la diversidad y abundancia de estos animales a lo largo del último siglo, especialmente de abejas y mariposas.
De las más de 2.000 especies de abejas que hay en Europa, un 9 % están amenazadas y un 37 % en declive con cifras casi idénticas en el caso de las mariposas diurnas.
El informe destaca la necesidad de poner en marcha un plan de seguimiento para obtener información sobre tendencias poblaciones y avanzar en el estudio del descenso de insectos polinizadores.
Vilahur ha confirmado que este trabajo es punto de partida de un futuro plan de conservación en Cataluña ante la necesidad de “apostar por medidas que ayuden a revertir la situación”.
Ese objetivo pasa por medidas como la reducción de plaguicidas y favorecer los servicios y beneficios que provee la polinización silvestre, según la directora general de Agricultura y Ganadería, Elisenda Guillaumes.
En su opinión, “el sector agrario es el primer interesado en preservar las poblaciones de insectos polinizadores silvestres porque, no sólo permiten la perpetuación de las especies vegetales sino también porque contribuyen a la producción de frutas, hortalizas, cereales, forrajes y otros productos”.
“Su declive debilita la productividad agrícola a largo plazo”, ha añadido durante la presentación de un informe sustentado en datos obtenidos durante más de treinta años por voluntarios del proyecto Catalan Butterfly Monitorin Scheme (CBMS).
Las mariposas asociadas a los prados y pastizales han disminuido mucho más que las que habitan en ambientes forestales, según este estudio, que ha permitido detectar que un 5 % de las poblaciones de mariposas monitorizadas en Cataluña han sufrido extinciones locales.
Además, hay 45 especies de mariposas diurnas amenazadas, 12 de las cuales ya están “en peligro de extinción”, 32 son “vulnerables” y una está “extinguida como reproductora en Cataluña”.
En cuanto a las abejas, el mayor peligro es para las de medida corporal gruesa, las de lengua larga y las que tienen un alto grado de especialización tanto de hábitat como de dieta.
Los principales motores del descenso son la pérdida y fragmentación de hábitats naturales, la intensificación de la agricultura, la urbanización, el cierre de claros en zonas forestales y el cambio climático.
Las soluciones apuntan a recuperar los prados y los márgenes de los campos de cultivo, entre otras soluciones que se plasmarán en el plan estratégico que se redactará este año.
Otras acciones pasan por recuperar hábitats en paisajes agrarios, forestales y periurbanos, reducir el impacto de los fitosanitarios y divulgar los servicios y beneficios de los polinizadores silvestres y sus vínculos con la seguridad alimentaria.